Capítulo 17: El Baile de los Guerreros
Fénix y Alucard, con la habitación hecha un desastre detrás de ellos y el aire aún impregnado del olor metálico de la sangre, decidieron que era hora de marcharse. La situación estaba volviéndose demasiado caótica, incluso para sus estándares, y quedarse más tiempo solo significaba atraer más atención.
—Vamos, chico, es hora de irnos. No queremos que esto se convierta en un espectáculo de circo, ¿verdad? —dijo Alucard, moviéndose con una calma inquietante hacia la puerta.
Fénix lo siguió, todavía sintiendo la punzada en el brazo donde la bala había impactado antes. Aunque la herida estaba cerrando rápidamente, gracias a su naturaleza no humana, el dolor persistía. Salieron al pasillo y caminaron hacia el ascensor, sin pronunciar una palabra. Ambos sabían que más problemas probablemente estaban por llegar.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, sus sospechas se confirmaron. Una docena de soldados japoneses, armados hasta los dientes, estaban listos para abrir fuego en cuanto los vieran. Pero Alucard no les dio ni un segundo para reaccionar. Con un movimiento apenas perceptible, deslizó sus dedos por el aire, y en un instante, las cabezas de los soldados rodaron por el suelo. Un chorro de sangre brotó de los cuerpos, salpicando a Fénix y a Alucard, dejándolos empapados en el líquido carmesí.
—Vaya, vaya, parece que alguien no sabía a quién estaban enfrentando, —comentó Alucard, su voz llena de un humor macabro mientras limpiaba la sangre de su rostro con una mano.
—Sí, bueno, al menos ahora saben lo que significa meterse con nosotros, —respondió Fénix, aunque su tono era menos jocoso y más resignado.
Ambos se subieron al ascensor, rodeados por los cuerpos decapitados de los soldados que yacían en el suelo del pasillo. Mientras las puertas se cerraban, la escena cambió abruptamente.
En Enid Corp, Enid estaba frente a su laptop, observando con atención un noticiero japonés en vivo. Su rostro, generalmente impasible, se contrajo en una mezcla de incredulidad y furia al ver las imágenes de la masacre en la suite del hotel en Tokio. El presentador hablaba rápidamente, intentando dar sentido a la carnicería que se desarrollaba en pantalla.
—¡Maldita sea! —gritó Enid, furiosa, y con un golpe rápido de su mano, mandó la laptop volando al otro lado de la habitación, donde se estrelló contra la pared, haciendo pedazos la pantalla.
Sin perder tiempo, tomó su teléfono y marcó el número de Alucard. La llamada se conectó justo cuando el ascensor en Tokio descendía lentamente.
—¡Alucard! —gritó Enid al otro lado de la línea, su voz cargada de rabia—. ¿¡Qué demonios está pasando allá!? ¡Te dije que no llamaras la atención!
Alucard, sin inmutarse, contestó con su tono habitual de despreocupación, como si nada extraordinario hubiera sucedido. —Oh, vamos, querida, no fue para tanto. Unos pocos policías japoneses pensaron que podían hacernos frente. Un simple malentendido, lo resolví con un... cómo decirlo... elegante toque personal.
Fénix, que estaba a su lado en el ascensor, se limitó a rodar los ojos. Podía escuchar claramente la conversación y sabía que Alucard estaba minimizando descaradamente lo que había sucedido.
—¡No fue "un malentendido", Alucard! —replicó Enid, claramente frustrada—. ¡Están reportando una masacre en vivo! ¿¡Qué parte de "no llamar la atención" no entendiste!?
Alucard, con una sonrisa que Fénix pudo notar incluso sin verlo directamente, respondió con tono teatral—: Oh, Enid, siempre tan dramática. Fue solo un pequeño enfrentamiento. Esos hombres estaban armados hasta los dientes y, bueno, no les di tiempo para pensar en lo que estaban haciendo. Además, lo hice por ti, querida. No querrás que Fénix sufra, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
code/fenix
Manusia Serigalafenix un lycan de un ejercito lycan que fue destruido hace unos cuantos años es reclutado por una organizacion para que sirva en el frente de batalla