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Capítulo 112: El Despegue

Capítulo 112: El Despegue 

La cabina del jet privado era amplia y cómoda, con asientos de cuero negro dispuestos en dos filas enfrentadas. Enid y Marcus se acomodaron rápidamente, mientras Vanessa y Lucian, todavía resentidos, tomaron sus lugares en silencio. Fénix ocupó un asiento junto a la ventana, su mirada fija en la pista mientras el avión comenzaba a moverse. Hércules, por su parte, se sentó frente a él con una expresión relajada, como si estuviera a punto de disfrutar unas vacaciones, no una peligrosa misión en territorio enemigo.

Cuando el avión despegó y alcanzó la altura de crucero, Hércules se inclinó hacia su equipaje. Agarró una de sus cuatro maletas, la abrió con un clic rápido y, para sorpresa de Fénix, sacó un kit compacto de coctelería: una coctelera de acero inoxidable, varias botellas pequeñas de licor, y un set de copas cuidadosamente envueltas en terciopelo.

—Bien, campeón —dijo Hércules con una sonrisa burlona—. Ya que estamos en camino a una misión suicida, ¿qué tal si comenzamos la fiesta?

Fénix lo miró sin emoción.

—¿Fiesta? Es un vuelo de trabajo.

Hércules rió mientras llenaba la coctelera con hielo y combinaba varios líquidos con destreza.

—Oh, vamos. Un buen trago nunca ha matado a nadie. Bueno, no a mí, al menos. —Alzó una copa con un cóctel ámbar brillante y se la ofreció a Fénix—. Toma, lo llamo "El Último Vuelo". Perfecto para estas ocasiones... o para despedidas.

Fénix se inclinó un poco hacia adelante, observando la bebida con curiosidad, pero negó con la cabeza.

—Paso. No bebo.

Hércules arqueó una ceja, impresionado.

—¿En serio? ¿Nunca?

Fénix se encogió de hombros.

—No. No me va eso de perder el control.

Hércules soltó un bufido divertido y se acomodó en su asiento con su propio trago en la mano.

—Eres más raro de lo que pensaba, ¿sabes? Un tipo que pelea contra monstruos pero no quiere beber un trago para relajarse. No entiendo cómo sobrevives.

Fénix le dedicó una sonrisa ligera, apenas perceptible.

—La disciplina ayuda. Además, no es mi estilo... No necesito alcohol para lidiar con lo que hago.

Hércules lo miró con una mezcla de admiración y curiosidad.

—Eso explica mucho sobre ti. Siempre tan recto, siempre tan... controlado. —Bebió un sorbo de su cóctel y lo saboreó—. ¿Nunca te cansas de esa presión?

Fénix giró su mirada hacia la ventana, observando cómo el cielo oscuro se extendía más allá de las nubes.

—A veces. Pero cuando empiezas algo, lo terminas. Así es como funcionan las cosas.

Hércules se recostó, balanceando su copa entre los dedos.

—Supongo que por eso eres el líder de este pequeño circo. Eres el tipo que nunca deja nada a medias.

Fénix soltó una risa breve.

—Algo así. Aunque "circo" es bastante acertado.

Hércules se rió entre dientes, disfrutando del intercambio.

—Bueno, al menos estamos en primera clase. Y si sobrevivimos, esta historia será legendaria. ¿Quién necesita vacaciones cuando puedes tener aventuras como estas, eh?