Capítulo 49:El Incidente en Washington-1

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Capítulo 49:El Incidente en Washington-1

en Washington D.C., Estados Unidos. El jet privado de Enid Corp toca pista suavemente, rodeado por los equipos de seguridad del aeropuerto y el brillo de un cielo azul despejado. La puerta del avión se abre y una brisa fresca da la bienvenida a Enid, Vanessa, Marcus y Lucian, que bajan del avión con calma y frescura, como si el vuelo hubiera sido un placer. Todos lucen impecables, relajados, y listos para el siguiente paso.

Fénix, en cambio, aparece en la puerta del avión tambaleándose, su ropa arrugada y el cabello desordenado. Con el rostro bañado en sudor, su expresión es de puro sufrimiento. Llega al borde de las escaleras, se inclina hacia adelante y, sin poder contenerlo, vomita con fuerza en la pista.

Marcus se le acerca con una sonrisa burlona en el rostro, manteniendo una distancia prudente del charco en el suelo.

—Vaya, amigo, no sabía que el vuelo tenía servicio de entretenimiento tan realista —dice Marcus—. Te ves como si hubieras pasado un rato fantástico allá abajo.

Fénix se limpia la boca con el dorso de la mano, le lanza una mirada de puro odio a Marcus y responde:

—¿Sabes qué, Marcus? ¿Por qué no te vas a la mierda? Preferiría mil veces comerme esta pista de aterrizaje que escucharte un segundo más.

Los demás observan la escena con risas contenidas. Fénix, aún recuperándose de su malestar, decide exagerar su experiencia de vuelo, como suele hacer, buscando tal vez algo de simpatía.

—¡Aventura! —gruñe Fénix con sarcasmo—. ¿Ustedes llaman a esto aventura? Imaginen estar atrapado en el área de carga de un avión durante horas. Es como estar en un maldito ataúd volador, solo que peor, porque está lleno de turbulencias que podrían hacer que hasta un demonio se cague de miedo. Y ni hablar del ruido de los motores; es una sinfonía de muerte... hasta que empiezan a soltarse las cajas y a rodar por ahí como si fueran ratas endemoniadas.

Enid, Vanessa y Lucian no pueden contener la risa mientras Fénix gesticula exageradamente cómo fue "atacado" por una "fiera caja asesina".

—¿Y cómo derrotaste a la caja, Fénix? —pregunta Vanessa con tono burlón.

—No con mi encanto y carisma, eso seguro —responde Fénix con una sonrisa sarcástica—. Lo hice con pura fuerza bruta y un odio profundo hacia los aviones.

Lucian bromea, todavía riéndose.

—Entonces, ¿qué aprendiste de todo esto?

Fénix lo mira seriamente, aunque su tono es obviamente dramático.

—Que para la próxima, exijo un maldito asiento decente o no hay acuerdo con la Casa Blanca. Y un masaje... dos, en realidad.

El grupo ríe abiertamente ante la exageración de Fénix. A pesar del caos, su humor negro y su capacidad para convertir la adversidad en una comedia irónica hacen que su presencia sea única entre ellos.

Fénix sigue su arenga después de su dramática descripción de la batalla contra las cajas asesinas del área de carga del avión. Su rostro muestra una mezcla de cansancio y enfado mientras se tambalea ligeramente en la pista, aún sintiendo el malestar del vuelo. Los demás miembros del equipo se ríen con disimulo, pero Enid da un paso hacia él, con una suave sonrisa que mezcla comprensión y una pizca de picardía.

Enid se acerca lentamente, manteniendo la calma, y coloca una mano delicada sobre el hombro de Fénix, quien la mira con recelo al principio, esperando algún comentario sarcástico.

Enid: (Con una voz calmada y suave) "Vaya, mi pobre Fénix. ¿Sabes? A veces las cosas no salen como planeamos, y es normal sentirse agotado. Pero eres un buen chico por aguantar todo esto."

Fénix parpadea, confundido por un momento. Las palabras de Enid tienen un tono ligeramente condescendiente, pero no puede evitar sentirse reconfortado al escucharla. La sorpresa pasa rápidamente y su rostro vuelve a tomar su típica expresión de cinismo.

Fénix: (Con tono sarcástico) "¿Así que ahora soy un 'buen chico'? ¿Qué sigue? ¿Un premio por no vomitar en los zapatos de Marcus?"

Enid ríe suavemente, ignorando la ironía en su voz. Ella le da unas suaves palmadas en la espalda, casi como lo haría con un perro cansado después de un largo día. Fénix, sin saber cómo reaccionar, se queda en silencio por un segundo, lo suficiente para que Enid continúe.

Enid: (Acariciando su espalda) "Sabes, Fénix, todos aquí apreciamos lo que haces. A veces, sólo necesitas un poco de mimo... ¿Qué te parece si, cuando terminemos este asunto, te llevo a un lugar tranquilo? Un lugar donde puedas relajarte... Tal vez te merezcas un premio, después de todo."

Fénix se ríe para sí mismo, claramente atrapando la sutileza en las palabras de Enid. Sin embargo, en lugar de protestar, decide seguir el juego. Después de todo, sabe que ella lo hace de una forma que es más divertida que ofensiva.

Fénix: (Imitando una voz tierna) "Oh, ¿sí? ¿Y qué sería ese 'premio'? ¿Un paseo por el parque? ¿O tal vez una buena cena con filete? ¿Con extra de salsa, espero?"

Enid sonríe con satisfacción, viendo que Fénix ha decidido jugar junto con ella. Su tono se vuelve aún más suave, casi como si hablara con un cachorro que acaba de hacer un truco.

Enid: "Bueno, podría ser algo como eso. Y quién sabe, tal vez hasta consiga que te rasquen detrás de las orejas. Parece que podrías usar un poco de cariño."

Marcus, Lucian y Vanessa observan esta escena con asombro y risas contenidas. El imparable sarcasmo de Fénix parece suavizarse ligeramente bajo la atención inusualmente cariñosa de Enid, lo que hace que la situación sea aún más cómica.

Fénix: (Con un exagerado tono melodramático) "Oh, maravilloso. Porque nada en este mundo se compara con un poco de atención detrás de las orejas. Ya puedo sentir cómo se disuelve mi trauma del vuelo."

Enid: (Acariciándolo ligeramente en la cabeza) "Así es, buen chico. Ahora, deja de quejarte y vamos a ocuparnos del trabajo. Te prometo que te recompensaré cuando todo esto termine."

Fénix suspira profundamente, pero en el fondo, no puede evitar sentirse ligeramente aliviado. Aunque el tono de Enid es juguetón, hay algo en sus palabras que le hace sentir que no está solo, incluso en el medio del caos.

Fénix: (Con un pequeño asentimiento) "Está bien, está bien. Supongo que puedo aguantar un poco más... pero ese filete, más vale que sea grande."

El grupo comienza a avanzar hacia el coche que los llevará a su próxima misión. Aunque Fénix sigue haciendo comentarios sarcásticos, hay un leve brillo en sus ojos, mostrando que a veces, incluso el guerrero más endurecido necesita un poco de consuelo... aunque sea disfrazado de una broma.

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