Capítulo 37: El Fugitivo Part-8

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Capítulo 37: El Fugitivo Part-8

Los tres salieron del edificio en ruinas, respirando el aire frío de Berlín. Afuera, la noche era oscura, y la luna apenas asomaba entre las nubes, proyectando sombras inquietantes sobre la calle vacía. Fénix se adelantó, aún con la adrenalina corriendo por sus venas, mientras Marcus y Tharos lo seguían de cerca.

Tharos se encendió un cigarrillo, su expresión medio divertida y medio desconfiada, mientras miraba a Fénix de reojo.

Tharos: "Bueno, bueno... así que ahora tienes tentáculos. Muy creativo, Fénix. ¿Esto viene con algún otro truco que debamos saber?"

Fénix frunció el ceño, todavía tratando de procesar lo que había ocurrido. No tenía respuestas claras, y sentía su mente dividida entre el horror de lo que acababa de hacer y la confusión sobre lo que realmente le estaba sucediendo.

Marcus miró a Tharos y luego a Fénix, su rostro mostrando signos de concentración. Parecía que, por primera vez en mucho tiempo, estaba usando toda su energía mental para conectar los puntos.

Marcus: "Espera... espera un segundo..." —empezó, como si una idea finalmente estuviera cobrando forma en su cabeza—. "Fénix, ¿tú tienes un tumor cerebral, verdad? Un maldito cáncer... y tú también tomaste el suero de Uber Lycan para controlarlo."

Fénix asintió, incómodo. "Sí, ¿y?"

Marcus se detuvo, su expresión cambiando de concentración a sorpresa. "¡Eso es! El suero... probablemente mutó el tumor de alguna forma. Lo convirtió en... bueno, en algo más. Algo vivo, algo que ahora está dentro de ti. ¡Ese simbionte que vimos hace unos momentos no es más que el maldito tumor evolucionado!"

Tharos dejó escapar una risa incrédula, exhalando humo mientras sacudía la cabeza. "¿Así que ahora el tumor tiene voluntad propia? Esto se pone cada vez mejor."

Fénix sintió cómo las piezas encajaban en su mente. El dolor de cabeza, los vómitos de sangre, las voces en su cabeza... todo tenía sentido ahora. La dosis de Uber Lycan que había usado para ralentizar el crecimiento del tumor había hecho más que eso: había transformado al tumor en algo completamente nuevo, en un simbionte con vida propia, que ahora habitaba dentro de él.

Fénix: "Entonces, lo que estás diciendo es que... ese poder... esa cosa que salió de mí... es el tumor que se ha convertido en una especie de... ser."

Marcus asintió con firmeza. "Sí, pero no es solo un ser cualquiera, Fénix. Es un simbionte. Algo que comparte tu cuerpo, tu energía, y probablemente tu mente también."

Tharos sonrió, visiblemente entretenido por la revelación. "Mira el lado positivo, Fénix. Tienes un nuevo compañero de cuarto en tu cabeza. Solo espero que no sea tan hablador como tú."

Fénix suspiró, tratando de mantener la calma. Esto cambiaba todo. Su cuerpo no era solo suyo ahora. Algo más estaba ahí, algo que podía salir sin previo aviso y tomar el control.

Fénix: "Genial... como si no tuviera suficientes problemas ya."

Tharos dio una palmada en el hombro de Fénix, con su típica actitud sarcástica. "Vamos, campeón. Si este tumor simbiótico te da poderes como los que acabo de ver, tal vez no sea tan malo. Solo asegúrate de no perder el control, ¿de acuerdo?"

Fénix asintió, aunque por dentro sentía un nudo en el estómago. "Supongo que no tengo opción. Pero, si este simbionte se convierte en un problema... bueno, encontraré la forma de sacarlo."

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