Capítulo 23: El Despertar del Uber Lycan

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Capítulo 23: El Despertar del Uber Lycan

El Bosque, Anochecer

La noche ha caído sobre el bosque, envolviendo todo en una penumbra inquietante. El aire está fresco, y el sonido de los grillos llena el ambiente. Fénix, todavía agotado por el entrenamiento del día, se sienta junto al fuego que ha encendido para mantener el frío a raya. Alucard, como siempre, está a su lado, observando las llamas danzarinas con una expresión de calma indiferente. Sabe que ha llegado el momento de llevar a Fénix al siguiente nivel, pero primero, necesita que su pupilo esté mentalmente preparado.

Alucard: (con su tono habitual, entre la burla y la seriedad) "Bueno, Fénix, la hora ha llegado. Es momento de que vuelvas a transformarte en tu forma de Uber Lycan."

Fénix siente un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. No es que no supiera que este momento llegaría, pero el recuerdo de la última vez que se transformó en esa monstruosidad todavía lo persigue. La pérdida de control, el caos, la destrucción... todo está grabado en su mente como una pesadilla recurrente. Intenta mantener la calma, pero es evidente que hay una chispa de miedo en sus ojos.

Fénix: (con una voz tensa, casi nerviosa) "¿Estás seguro de esto, Alucard? La última vez... no pude controlarlo. Y si vuelvo a perder el control, ¿qué pasa si...?"

Antes de que pueda terminar, Alucard lo interrumpe, su tono ahora más tranquilizador pero aún cargado de la seguridad imperturbable que lo caracteriza.

Alucard: (con una media sonrisa, tranquilizador pero firme) "Tranquilo, Fénix. Si llegas a perder el control, no tendrás que preocuparte por mucho tiempo. Después de todo, soy el más fuerte, ¿recuerdas? Antes de que siquiera te des cuenta, estarás noqueado en el suelo, soñando con cosas más agradables. Esta vez será diferente. Confía en mí."

Fénix mira a Alucard, todavía dudando, pero sabe que no tiene otra opción. Su mentor es implacable, y si dice que es el momento, entonces lo es. Alucard, notando la resolución en los ojos de Fénix, saca de su abrigo una pequeña caja de metal. Dentro, descansan tres jeringas llenas de un líquido oscuro y viscoso: el suero de Uber Lycan.

Alucard: (mientras saca las jeringas, con un tono casual, casi desinteresado) "Aquí tienes. Sabes dónde inyectarte. El ojo, el hombro, y la columna vertebral. Si te sale mal, bueno... será un espectáculo interesante."

Fénix toma las jeringas con manos temblorosas. Su mente está en una batalla interna entre el miedo y la determinación. Finalmente, respira hondo y se prepara para el dolor que sabe que vendrá. Con una determinación renovada, Fénix primero se inyecta el suero en el ojo, sintiendo el ardor punzante que le atraviesa la cabeza como un rayo. No permite que el dolor lo detenga, y rápidamente se inyecta en el hombro, sintiendo cómo su brazo casi se paraliza instantáneamente. Finalmente, con un gruñido de dolor, se inyecta en la columna vertebral, sintiendo cómo una ola de energía cruda comienza a extenderse por todo su cuerpo.

El suero comienza a hacer efecto casi de inmediato. El cuerpo de Fénix empieza a cambiar, a retorcerse y a expandirse mientras el poder del Uber Lycan comienza a tomar el control. Su respiración se vuelve pesada, sus músculos se agrandan, su piel se oscurece, y un dolor indescriptible lo atraviesa como si sus huesos estuvieran rompiéndose y rehaciéndose al mismo tiempo. Sin embargo, a pesar de todo, Fénix mantiene su conciencia, aferrándose desesperadamente a su humanidad mientras la transformación sigue su curso.

Fénix: (jadeando entre dientes, mientras lucha por mantener el control) "Esto... es... peor... de lo que recordaba..."

Alucard lo observa con una mezcla de interés y diversión, preparado para intervenir si las cosas se salen de control, pero también curioso por ver hasta dónde puede llegar Fénix por su cuenta.

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