Capítulo 28: Ecos
La sede principal de Enid Corp estaba envuelta en la quietud de la noche. La mayoría de las luces estaban apagadas, dejando solo el resplandor ocasional de algún monitor olvidado o la tenue iluminación de seguridad que delineaba los largos pasillos. Dentro de la habitación que Fénix compartía con Tharos, todo parecía tranquilo. Sin embargo, la calma era engañosa.
Fénix estaba tumbado en su lado de la cama, con los ojos entrecerrados, intentando conciliar el sueño. Tharos, a su lado, respiraba pesadamente, atrapado en un sueño profundo. Pero a medida que los minutos pasaban, la respiración de Tharos se volvía irregular, entrecortada, y empezaba a murmurar entre sueños.
Fénix abrió un ojo, sintiendo que algo no andaba bien. Podía escuchar a Tharos hablar en voz baja, palabras ininteligibles al principio, pero luego más claras.
"No... no puedes... malditos traidores... no... ¡nooooo!"
Antes de que Fénix pudiera reaccionar, Tharos se incorporó de golpe, sus ojos aún cerrados, atrapado en las garras de una pesadilla. Su rostro estaba cubierto de sudor, y su expresión era de puro terror y furia. Sin previo aviso, Tharos agarró a Fénix con una fuerza descomunal y lo lanzó contra la pared de la habitación como si fuera un simple muñeco de trapo.
Fénix impactó contra la pared con un fuerte estruendo, rompiendo parte del panel de madera, y cayó al suelo con un quejido. Mientras intentaba recomponerse, se dio cuenta de que Tharos estaba de pie, sonámbulo, con los puños en alto, listo para atacar.
"¿En serio? ¿Esto tenía que pasar justo ahora?" pensó Fénix, mirando a Tharos con incredulidad.
Tharos lanzó un puñetazo al aire, seguido de un gruñido profundo. Fénix, adolorido pero todavía lúcido, intentó hablarle.
"¡Tharos, despierta! Estás soñando, joder. ¡Despierta, antes de que me tengas que pagar por el daño a la habitación!"
Tharos no escuchaba. En su mente, estaba de nuevo en medio de una batalla, luchando contra enemigos imaginarios. Sus movimientos eran rápidos y letales, como si aún estuviera en el campo de batalla. Fénix se levantó lentamente, esquivando otro golpe de Tharos.
"Perfecto, esto es justo lo que necesitaba... ser atacado en mi propio cuarto por un ex soldado sonámbulo. Debería haber pedido más paga por esto," pensó Fénix mientras evitaba otro golpe, esta vez dirigido a su rostro.
Finalmente, Fénix decidió que no valía la pena intentar despertarlo de manera normal, así que optó por una estrategia diferente. Aprovechando una apertura, rodó por el suelo y salió rápidamente de la habitación, cerrando la puerta detrás de él con un fuerte golpe.
Fénix se apoyó contra la pared del pasillo, respirando pesadamente, mientras escuchaba los gruñidos y golpes de Tharos en el interior de la habitación. Suspiró profundamente y miró a la nada
"Sabía que compartir habitación con este tipo sería una mala idea... pero esto, esto es otro nivel. Supongo que siempre podría dormir en la oficina de Enid, ¿no? No creo que le importe... mucho."
Con una última mirada hacia la puerta cerrada, Fénix se alejó, caminando por los pasillos desiertos de Enid Corp, deseando poder encontrar un lugar donde pasar el resto de la noche en paz. Los ecos de los gruñidos de Tharos se desvanecían a medida que se alejaba, dejándolo solo con sus pensamientos y el resplandor de las luces de emergencia como su única compañía.
Fénix siguió caminando por los solitarios pasillos de Enid Corp, sus pasos resonando suavemente en la oscuridad. No había nadie a la vista, y la soledad del lugar le permitía hablar en voz alta, algo que solía hacer cuando necesitaba poner en orden sus pensamientos.
"Bueno, esto es lo que uno llama una noche normal en Enid Corp. Atacado por un soldado sonámbulo, vagando por los pasillos como un alma en pena... Sí, todo muy normal," dijo con tono sarcástico, mientras sus ojos recorrían las paredes adornadas con arte moderno que apenas podía distinguir en la penumbra.
Caminó hasta llegar a una gran ventana que daba al exterior. La luz de la luna se filtraba a través del cristal, iluminando el paisaje nocturno de la ciudad. Fénix se quedó allí, contemplando las luces parpadeantes en la distancia, perdido en sus pensamientos.
De repente, una figura salió de la oscuridad reflejada en el vidrio, sobresaltando a Fénix por un breve instante. Se dio la vuelta rápidamente, sus instintos afilados como siempre. Pero al ver quién era, se relajó.
"Enid," dijo, con una leve sonrisa que intentaba ocultar su sorpresa.
"¿Tampoco puedes dormir?" preguntó Enid, acercándose a él. Su voz era suave, casi susurrante, como si intentara no romper la calma de la noche.
Fénix se encogió de hombros, evitando la mirada directa de Enid. "Algo así," respondió, tratando de no dar más detalles sobre su reciente encuentro con Tharos. "Digamos que mi nuevo compañero de cuarto tiene una definición... interesante de lo que es un buen sueño."
Enid alzó una ceja, claramente intrigada pero decidida a no presionar. "Vaya, eso suena como una historia que vale la pena contar... tal vez en otro momento," dijo, sonriendo de manera cómplice. "¿Sabes? Es curioso encontrarte aquí, vagando por los pasillos en mitad de la noche."
"Bueno, alguien tiene que asegurarse de que estos pasillos no se sientan abandonados," bromeó Fénix, aunque la verdad era que no tenía ni idea de por qué seguía caminando en lugar de buscar otro lugar donde dormir.
Enid lo miró, con una expresión suave pero perspicaz. "Sabes, Fénix... hay algo en tu sarcasmo que es casi reconfortante. Como si intentaras convencerte a ti mismo de que todo está bajo control."
"¿Intentar? Vamos, Enid. Todo está bajo control... excepto, quizás, por la falta de un buen colchón esta noche," respondió Fénix, con una sonrisa ladeada.
Enid soltó una suave risa, acercándose un poco más a él. "¿Te gustaría tener uno? Uno en una habitación más... cómoda."
Fénix la miró, arqueando una ceja. "¿Estás insinuando lo que creo que estás insinuando?"
"Depende de lo que creas," respondió Enid, con una mirada que mezclaba diversión y seriedad. "Estoy invitándote a dormir en mi habitación esta noche. Siempre es mejor tener compañía, ¿no crees?"
Fénix la observó por un momento, pensando en lo impredecible que podía ser Enid. Sabía que rechazar la oferta sería inútil. Además, después de la noche que había tenido, la idea de un colchón cómodo y una compañía conocida no sonaba tan mal.
"Bueno, no soy de rechazar una buena invitación... y después de la noche que he tenido, un cambio de ambiente suena perfecto," respondió Fénix, con un toque de sarcasmo, aunque sus ojos reflejaban gratitud.
Enid sonrió, satisfecha con su respuesta. Le tomó la mano suavemente, entrelazando sus dedos con los de Fénix. "Vamos, entonces. No es tan lejos."
Fénix dejó que Enid lo guiara a través de los pasillos oscuros, notando cómo el contacto de su mano era cálido y firme. Había algo en esa cercanía que le resultaba extrañamente tranquilizador, a pesar de su tendencia a mantener las distancias con la mayoría de la gente.
A medida que caminaban juntos, el silencio entre ellos no era incómodo, sino más bien un entendimiento mutuo. Llegaron a la puerta de la habitación de Enid, y ella la abrió con suavidad, permitiéndole entrar primero.
"Después de ti," dijo Fénix, inclinándose en una exagerada reverencia antes de entrar. "Las damas primero, pero los cansados segundos."
Enid soltó una pequeña risa, siguiéndolo. "Ponte cómodo, Fénix. No hay reglas esta noche."
Fénix se dejó caer en la cama, agradeciendo la suavidad que lo envolvía.
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code/fenix
Werewolffenix un lycan de un ejercito lycan que fue destruido hace unos cuantos años es reclutado por una organizacion para que sirva en el frente de batalla