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Capítulo 66: El Nacimiento de una Nueva Amenaza

Capítulo 66: El Nacimiento de una Nueva Amenaza

El laboratorio de Antigen era un lugar oscuro, frío, y lleno del zumbido constante de máquinas de alta tecnología. El sonido de gotas de agua cayendo sobre metal resonaba en el espacio, mezclándose con el tintineo de cables y los ruidos mecánicos de los sistemas de soporte vital. A lo largo de la sala, enormes cápsulas de vidrio llenas de un líquido verde burbujeante albergaban una variedad de sujetos experimentales. Cada una de ellas parecía una prisión diseñada específicamente para contener los horrores creados por Antigen.

En medio de esta ominosa escena, Viktor, el CEO de Antigen, caminaba con paso decidido, seguido de un grupo de científicos vestidos con batas blancas. Sus rostros mostraban una mezcla de nerviosismo y entusiasmo mientras se detenían frente a la cápsula más grande del laboratorio.

Dentro de esta cápsula, una figura se encontraba inmóvil, flotando en el líquido verde. Su cabello era blanco como la nieve, y su complexión atlética parecía la de un joven. Aunque sus ojos estaban cerrados, había una sensación inquietante de poder latente irradiando desde su cuerpo.

Viktor observaba la cápsula con una sonrisa de satisfacción. —"Finalmente,"— dijo, con su voz llena de una mezcla de emoción y frialdad calculada. —"La nueva arma de Antigen está lista para despertar."

Los científicos intercambiaron miradas ansiosas mientras uno de ellos, temblando ligeramente, comenzó a manipular un panel de control. —"Iniciando el protocolo de despertar,"— informó con voz insegura.

Un zumbido bajo llenó la habitación cuando el líquido verde comenzó a drenar de la cápsula. Al mismo tiempo, una serie de luces rojas se encendieron en el techo, parpadeando en rápida sucesión. Los latidos del corazón del sujeto se volvieron audibles, amplificados por los altavoces, acelerándose a medida que el líquido descendía.

Finalmente, el sujeto abrió los ojos.

Los ojos de un color ámbar intenso se abrieron de golpe, como si el despertar fuese tan violento como nacer de nuevo. Un segundo después, la cápsula se abrió con un silbido de vapor, y la figura del vampiro emergió, dando un primer paso fuera del tanque. Se quedó de pie, mirando a su alrededor, empapado en el residuo verdoso que le había mantenido en suspensión. Sacudió su cabeza, como si intentara aclarar sus pensamientos, y una sonrisa sarcástica se formó en su rostro.

—"¿Es esto lo mejor que tienes, Viktor?"— dijo el vampiro con una voz que era una extraña mezcla de arrogancia juvenil y cansancio. —"Me despiertas de un sueño tan cómodo para... esto."—

Viktor dejó escapar una risa suave, nada más que un murmullo. —"Ah, veo que tienes el mismo espíritu indomable que Fénix,"— comentó, caminando hacia él con las manos cruzadas detrás de la espalda. —"Pero no estás aquí para dormir, chico. Eres nuestra nueva arma. Un vampiro creado con el potencial de Fénix, pero mejorado."

El vampiro arqueó una ceja, como si no estuviera impresionado. —"¿Mejorado, dices? Vaya, qué honor. ¿Y qué se supone que haga con esta 'mejora'? ¿Apagar incendios? ¿Salvar gatos de los árboles?"

Los científicos alrededor de Viktor contuvieron la respiración, claramente incómodos con el tono del nuevo sujeto. Viktor, sin embargo, solo sonrió más ampliamente. —"Oh, tienes la actitud de un adolescente rebelde,"— dijo. —"Eso es bueno. Pero no olvides quién te creó... y por qué."

El vampiro rió suavemente, un sonido que recordaba mucho al mismo Fénix. —"Claro, claro. Eres el gran Viktor, el hombre detrás de la cortina. Pero escucha, viejo, si me creaste para patear traseros, más vale que sea algo interesante."

Viktor ignoró el comentario y continuó. —"Te he dado una misión,"— dijo, su tono volviéndose más serio. —"Tu objetivo es Fénix.

Y tú eres la única criatura que puede igualarlo, o incluso superarlo."