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—Estoy seguro de que será un evento inolvidable. —dijo, antes de colocar una mano firme sobre el hombro de Yoongi. —Estoy orgulloso de ti, hijo, has manejado todo esto mejor de lo que esperaba.

Con esas palabras, el señor Kim se despidió, dejándolos a solas una vez más. Yoongi, sorprendido, pero agradecido, miró a Jimin con una mezcla de admiración y cariño.

—¿Una fiesta de compromiso, eh? —dijo Yoongi, todavía con el corazón latiendo rápido.

Jimin le guiñó un ojo, divertido.

—¿Por qué no? Ya lo estamos haciendo todo al revés. —bromeó. —Además, si hay que enfrentar al mundo, prefiero hacerlo contigo.

Justo cuando la figura del señor Kim desaparecía en el pasillo, Yoongi y Jimin vieron a otra persona acercarse. La madre de Jimin, con su porte siempre elegante y una expresión que rara vez mostraba calidez, caminaba hacia ellos con pasos decididos. Jimin sintió un ligero cambio en la atmósfera, y su semblante se tensó.

—Ve adelantándote, Yoongi. —dijo Jimin en un tono suave, pero firme, soltando la mano de su compañero con delicadeza. —Voy a hablar con mi madre un momento.

Yoongi dudó, preocupado por la interacción que estaba por venir, pero Jimin le dedicó una pequeña sonrisa tranquilizadora. Sabía que su madre no era fácil, pero también sabía que no tenía miedo de enfrentarla.

—Estaré bien. —añadió Jimin.

Yoongi asintió, dándole una última mirada antes de alejarse, dejando a Jimin frente a su madre, quien ya había llegado a ellos. La mujer se detuvo, cruzando los brazos frente a su pecho y observando a su hijo con una expresión severa.

—¿Así que esto es todo? —preguntó ella, con su tono siempre crítico, dejando claro que no estaba impresionada por los eventos de la noche.

Jimin, manteniendo la calma, la miró directamente a los ojos. Sabía que no sería una conversación fácil, pero no estaba dispuesto a retroceder.

—Con lo que pasó hoy. —comenzó Jimin, su voz segura. —Mi boda con Yoongi ya está más que establecida, este es el camino que he elegido, y no hay vuelta atrás.

La madre de Jimin soltó una pequeña carcajada burlona, sacudiendo la cabeza como si las palabras de su hijo fueran de lo más ridículas.

—Patético. —se burló, su voz goteando desdén. —¿De verdad crees que todo esto ha asegurado algo? Sigues siendo el mismo niño iluso que cree que puede desafiar el mundo y ganar.

Jimin sintió el golpe de las palabras de su madre, pero no dejó que eso lo afectará. No era la primera vez que se enfrentaba a su escepticismo, y sabía que probablemente no sería la última.

—Si ser patético significa seguir a mi corazón y estar con la persona que amo, entonces sí, soy patético. —respondió Jimin con firmeza, sus ojos ardiendo de determinación. —Pero prefiero serlo que vivir según tus expectativas y perder lo que realmente importa para mí.

La mirada de la madre de Jimin se endureció, pero por un instante algo parecido al respeto brilló en sus ojos. Aun así, no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente.

—Veremos cuánto dura tu rebeldía. —replicó ella, bajando los brazos y adoptando una postura más fría. —Este juego apenas comienza, Jimin y te aseguro que no será tan simple como crees.

Con esas palabras, se dio la vuelta y se marchó, dejándolo solo en el pasillo. Jimin la observó alejarse, su corazón latiendo con fuerza, pero con la tranquilidad de saber que había dicho su verdad. Cuando su madre desapareció, soltó un suspiro profundo. Se sentía más fuerte que nunca, porque, sin importar lo que viniera, tenía algo que ella nunca entendería: a Yoongi.

Money [YM][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora