Money [YM][✓]

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Tras el devastador escándalo que había arruinado la imagen pública de Rose, Jennie, Namjoon y Hoseok, el grupo había desaparecido por completo de los medios. Las redes sociales que antes estaban llenas de su presencia se habían silenciado, y la universidad a la que asistían tomó una decisión rápida y contundente: los expulsaron. La institución no podía permitirse estar asociada con una controversia tan grande, y el daño a su reputación era irreparable. Ya no quedaba rastro de ellos en los círculos de poder y glamour que una vez dominaban.

Los medios de comunicación intentaron escarbar más, buscando declaraciones o algún rastro de los cuatro, pero no hubo nada. Era como si hubieran sido tragados por la tierra, obligados a lidiar con las consecuencias de sus acciones en la oscuridad. Lo que había comenzado como un rumor y un escándalo se había convertido en el final de sus prometedoras carreras.

Mientras tanto, lejos de todo ese caos, Jimin y Yoongi regresaban de su luna de miel. Después de unas semanas disfrutando de la tranquilidad y la belleza de la playa, los dos se sentían más renovados que nunca. Su relación, sólida como siempre, había florecido aún más durante ese tiempo. No solo como pareja, sino como dos personas que habían encontrado su propio camino después de años de adversidad.

Al llegar de vuelta a Corea, ambos estaban perfectamente conscientes de lo que había ocurrido en su ausencia. Al entrar a su lujoso apartamento, se quitaron los abrigos y se dejaron caer en el sofá, disfrutando del ambiente acogedor de su hogar. Jimin, siempre atento a los detalles, encendió la televisión para ponerse al día con las noticias. No pasó mucho tiempo antes de que viera un titular que le arrancó una pequeña sonrisa de satisfacción:

"Expulsión de figuras públicas: el escándalo detrás de Rose, Jennie, Namjoon y Hoseok arruina sus carreras universitarias y profesionales."

Yoongi, que estaba en la cocina preparando café, se detuvo por un momento y miró hacia la pantalla.

—¿Otra vez hablando de ellos? —preguntó, con una mueca de desdén. —Pensé que ya nadie se interesaba en lo que les pasó.

—No es que importe ahora. —Jimin rio suavemente, apagando el televisor. —Lo interesante es que, después de todo lo que intentaron ocultar, todo salió a la luz.

—Lo mejor de todo es que no tuvimos que hacer más que sentarnos y ver cómo caían. —Yoongi asintió, sirviendo dos tazas de café y llevándolas al salón. —El karma es así de implacable.

—A veces es mejor dejar que las cosas se desmoronen por sí solas. —Jimin tomó su taza, disfrutando del calor en sus manos. —Ellos tuvieron su oportunidad, su momento, y lo arruinaron con sus propias manos.

Yoongi asintió y luego vio como el celular de Jimin sonó, este también lo vio y sonrió mientras ponía la taza en la mesa y respondía de manera calmada la llamada que sabía de quién era y ya era el momento de que ella sufriera las consecuencias de sus actos.