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La mujer, al entrar en la lujosa casa, tenía una amplia sonrisa en su rostro, su confianza evidente en cada paso que daba. Había planeado una reunión tensa y desafiante con Jimin, preparada para exigirle que siguiera sus órdenes. Sabía que si Jimin no cooperaba, su vida podría volverse un caos absoluto, y estaba dispuesta a hacerlo realidad.

Sin embargo, al cruzar el umbral de la habitación, se quedó paralizada por un instante al ver a Jimin sentado en un elegante sillón, fumando con una actitud despreocupada. La visión la tomó completamente por sorpresa, y su sonrisa se desvaneció momentáneamente mientras su mente trataba de procesar la inesperada escena.

Jimin, al percatarse de su presencia, se levantó lentamente del sillón, con una expresión tranquila y un tanto divertida. Miró a la mujer con una mezcla de curiosidad y desafío, como si estuviera esperando que ella recuperara su compostura.

—¿Por qué te asustaste? —preguntó Jimin, con un tono despreocupado y una sonrisa juguetona en sus labios. —¿No esperabas encontrarme aquí?

La mujer, tratando de recomponerse rápidamente, ajustó su postura y forzó una sonrisa más controlada. Sus ojos seguían observando a Jimin con una mezcla de sorpresa y desafío, intentando recuperar su autoridad.

—No es que me asustara. —dijo, su voz tratando de sonar firme. —Solo no esperaba verte, ya que pensé que estarías en la universidad.

Jimin se encogió de hombros, el humo del cigarro envolviéndose en el aire a su alrededor.

—Ah, entiendo. —se encogió de hombros— Quizás porque soy un prodigio en muchas cosas me salte años y ya este punto de graduarme. —apagó su cigarro. — Pero, ¿qué te trae aquí?

La mujer frunció el ceño, visiblemente incómoda por la actitud desenfadada de Jimin. Sabía que tenía que recuperar el control de la situación si quería mantener su plan en marcha.

—Solo pasaba por aquí. —dijo con una mezcla de desdén y determinación. —Se trata de asegurarme de que sigas el camino que he trazado para ti y si no lo haces, las consecuencias serán peores de lo que imaginas.

Jimin exhaló una bocanada de humo y dejó que el aire se disipara lentamente antes de responder.

—Entonces, ¿qué quieres de mí? ¿Que obedezca tus órdenes sin cuestionar? —su voz se volvió un poco más dura, aunque todavía mantenía un tono de burla.

—Exactamente, quiero que sigas las instrucciones que te daré. —La mujer, ajustando su actitud y tratando de parecer aún más intimidante, dio un paso adelante. —Si haces lo que te pido, podrías evitar que tu vida se desmorone.

Money [YM][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora