FRANCISCA XIII

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- Leonor, ¿por qué has tardado tanto? ¿Cómo está Raimundo? ¿Está bien? ¿Ya puede andar? - Preguntó altamente inquieta Francisca.

- Por Dios muchacha, cálmate. Está bien, mucho mejor que el otro día.

- ¿De verdad tata? Te ruego que no me mientas.

- De verdad Francisca. Además, cuando le tu recado yo creo que terminó de recuperarse prácticamente.

Francisca se sonrojó. A pesar de que tanto Leonor como su padre sabían del amor que ambos se profesaban, le daba una vergüenza terrible.

- Además, me ha dado un recado para . - Afirmó Leonor con una sonrisa picarona en sus labios.

- ¿Qué te ha dicho? - Preguntó impaciente Francisca.

- Algo que ya sabes. Que te quiere y que se muere de ganas por verte. Ah, también me ha dicho, bueno, exigido, que mantengas reposo.

Francisca sonrió y se acarició el vientre que ya comenzaba a crecer por momentos. Leonor la contempló llena de felicidad, hacía demasiado tiempo que ambos sufrían y el saberse amados les devolvía la vida.

Ambas siguieron hablando durante horas, hicieron una lista sobre aquello que necesitaban para el bebé: una cuna, ropa, sábanas, juguetes... Hasta que llegó Salvador interrumpiendo su tranquilidad.

- Francisca, tenemos que hablar. - Dijo con un tono duro y seco. - , criada, déjame con mi esposa asolas. - Ordenó mientras miraba a Leonor.

- Tu querido Doctor me ha denunciado. Supongo que estarás contenta ¿no?

- Pues , no te lo voy a negar.

- ¡Eres una maldita zorra! - Le gritó mientras la zarandeaba.

- Salvador, detente. ¡El bebé!

- Ese maldito niño es lo único que te mantiene con vida. - Le dijo mientras la soltaba.

Francisca se sentó en el sillón aturdida por las palabras de Salvador. Sabía que no mentía al amenazarla.

- Escúchame bien, Francisca. Como vuelva a veros juntos a Raimundo y a , te juro que ambos lo pagareis.

Raimundo y FranciscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora