RAIMUNDO V

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Se había levantado con un dolor de cabeza insoportable. Como cada mañana, pensó.

Metió la carta dentro de un sobre y comenzó a redactar todo lo que pensó anoche. No quería dejarse nada en el tintero. Había demasiado en juego.

Bajó a desayunar y allí estaban Doña Eugenia y Natalia, esta última con el semblante entristecido por lo acontecido anoche.

El desayuno transcurrió con total normalidad, repasaron unos últimos detalles de la boda, comentaron el maravilloso paseo de la noche anterior y Raimundo y Natalia trataron de aparentar que se estaban enamorando el uno del otro.

Cuando Doña Eugenia indicó que iba a irse a realizar sus quehaceres, Raimundo le propuso a Natalia que le acompañara a escoger un presente para Don German. Como era de esperar, Doña Eugenia dio su visto bueno y prometió guardarles el secreto, dando gracias al Señor de que su hija y su futuro yerno fueran tan felices.

A la hora indicada, Raimundo y Natalia llegaron al callejón cercano a la casa de Zacarias. Él ya se encontraba allí aguardándoles con el rostro desencajado debido al funeral de su padre.

- Bien, ruego que me escuchéis detenidamente hasta que acabe, creo que he encontrado una solución. - Dijo Raimundo mientras sacaba de la solapa de su chaqueta unos papeles llenos de esquemas, nombres, fechas...

- ¿Cómo? ¿Me estás diciendo que tienes un plan y no me has contado nada hasta ahora? - Dijo Natalia molesta, pues ella, tanto como él, ansiaba lograr una solución y el hecho de que no hubiera contado con ella le enojó.

- Lo ideé anoche antes de acostarme y esta mañana lo he perfeccionado. No me ha dado tiempo a contártelo antes y por eso lo hago ahora. - Dijo Raimundo serio, pues no había tiempo para enfados infantiles.

- Bien Raimundo, cuéntanos, somos todo oídos. - Dijo Zacarias mientras rodeaba con su brazo la cintura de Natalia y se acercaban hacia Raimundo.

- El primer paso que debemos dar es cancelar la boda ¿no? Pues bien, había que encontrar una solución que no nos dejara en mal lugar ni a Natalia ni a mi, para que nuestros padres no pudieran culparnos ¿correcto? ¿Qué es lo más casual y nadie tiene culpa de que suceda? Caer enfermo o tener una enfermedad.

- Raimundo no entiendo por donde vas, ¿quieres fingir que uno de los dos se muere o algo por el estilo?

Raimundo y FranciscaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora