Estuvo ingresado varios días más a pesar de negarse, pero en su interior sabía que debía permanecer en el hospital un tiempo más.
Tenía tres costillas rotas, una fractura en la pierna derecha y un esguince en el brazo derecho. Tan solo podía moverse en silla de ruedas siempre y cuando hubiera alguien dispuesto a llevarle.
Durante los días que permaneció en el hospital logró ponerse en contacto con Natalia y con su padre. A este último no le confesó quién le había apalizado, pensó que era una información que debía guardarse para otra ocasión.
Ramón Ulloa, tras conocer el grave estado en el que se encontraba su hijo, decidió viajar a Madrid para tratar de descubrir quién había sido el desgraciado que le había apaleado.
Natalia, tras conocer lo sucedido, supo de inmediato que el responsable había sido su padre. Se sentía terriblemente culpable por lo que le había ocurrido a Raimundo. Mientras su padre se mostraba compasivo con ella, por su 'infertilidad', descargó su ira con Raimundo.
- ¿Cómo estás, Raimundo?
- Un poco mejor, gracias. ¿Y tú? ¿Te han dicho que va a suceder a partir de ahora?
- No. No me han comentado que planes tienen ahora para mí. Supongo que ha trascurrido poco tiempo desde nuestra ruptura y no quieren dar más que hablar. ¿Ha venido tu padre, no?
- Sí, así es. Está aquí en Madrid interrogando a diestro y siniestro para esclarecer lo sucedido.
- No creo que encuentre nada. Mi padre sabe demasiado bien cómo cubrirse las espaldas.
- En fín, dejémosle que siga buscando una aguja en un pajar. Al menos así no tendrá tiempo para buscarme una esposa. ¿Qué tal con Zacarias?
- Bien, muy bien. - Contestó con una sonrisa llena de felicidad. - Me ha dado recuerdos para tí.
- Agradéceselo de mi parte cuando le veas.
- Así lo haré. Raimundo, ¿has pensado qué vas a hacer?
- Sí, cuando me den el alta iré a Puente Viejo, hablaré con Francisca y, si me perdona, jamás volveré a separarme de ella. Huiremos a la Luna si es necesario, pero no estoy dispuesto a vivir sin ella. - Dijo mientras un brillo especial iluminaba sus ojos. Estaba deseando verla. - ¿Y tú?
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Raimundo y Francisca
RomanceRaimundo, con 24 años, acaba de terminar la carrera de Medicina y ha vuelto a Puente Viejo para quedarse. Francisca, de 22, se dedica a administrar sus tierras junto a su padre, Enrique Montenegro. Ambos se conocen desde niños y la amistad inicial s...