Don Matías se encontraba en su sala viendo una película antigua mientras Eíder buscaba en la habitación, cuando escuchó que tocaban la puerta.
- Este día las visitas no paran de llegar... Van. -Exclamó el señor mientras se paraba del sillón para ir a abrir- Buenas noch... ¡Muchacho, pero que alegría! Esto debe ser un milagro o una gran coincidencia.
- Hola Don Matías ¿Me permite pasar?
- Pero claro que si hijo, sabes que ésta es tu casa... Me sorprende mucho verte especialmente en estos instantes. Es que el destino de plano los quiere ver juntos.
- Me voy por casi año y medio y veo que se volvió loco Don Matías ¿A qué se refiere? -Preguntó Bryan-
- Sube a tu habitación y velo tú mismo Bry.
- Me asusta. -Dijo con un gesto en el rostro-
- Anda sube ya.
- Lo que diga...
Bryan subió junto con sus dos maletas muy confundido y con una mueca de duda. Cuando termino de subir las escaleras, le llegó un aroma muy peculiar y un poco conocido; notó que la puerta del cuarto donde dormía estaba entre abierta y se asomaba un poco de luz. Entró y la vio sentada en el suelo sacando cosas de un cajón.
- ¿No te han dicho que es de mala educación esculcar las cosas de los demás?
- Cállate Bryan -Eíder reconoció perfectamente su voz pero no volteo ni hizo caso- no molestes, estoy ocupada buscando algo para poder encontrarte.
Se dio cuenta de lo que acababa de decir y se paralizó, sintió que la sangre le hervía y después de segundos se levantó poco a poco al asegurarse que era él, corrió para abrazarlo.
- Por fin... Por fin estas aquí.
- El mejor recibimiento. –Dejo caer las maletas y le regresó el abrazo, luego de apretarla fuerte la apartó de su pecho- ¿Qué hacías?
- Creo que ya te dije. -Carcajeó- Buscando algo que me ayudara a localizarte -Una lagrima rodeo su mejilla- Pero ya estás aquí. -Lo volvió a pegar a ella para abrazarlo con gran fuerza- Estaba a punto de darme por vencida y resignarme a quedarme sin el amor de mi vida para siempre. Pensaba muy seriamente en meterme a un convento, total, no me iba a volver a enamorar nunca otra vez.
- Mi princesa -reía- ya estoy aquí. No llores, sabes que odio que lo hagas... Te amo.
- ¿Para siempre, siempre?
- Obviamente. -Le dio un beso en la frente- Para siempre, siempre. Aunque debería odiarte.
- ¿Odiarme tu a mí? Idiota, yo soy la que debería detestarte y mucho, te recuerdo que todo esto fue culpa tuya.
- Debiste irte conmigo a Francia cuando te lo pedí, rompiste mi corazón.- ¿Y tú qué crees que sentí yo cuando me engañaste con esa? Yo también he sufrido, Bryan.
- No comencemos una discusión. Lo importante es que te tengo aquí a mi lado y nada puede hacerme más feliz.
- Claro. Oye, ayúdame a subir ahí, agáchate. -Se subió en la espalda de Bryan y bajó al oso de peluche del armario- ¿Me quieres explicar esto?
- ¡Chopin! -Lo tomó-
- Sí, Chopin. ¿Qué hacía ahí arriba botado? ¿Por qué no te lo llevaste a Francia contigo?
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Y a pesar del tiempo... *CD9*
RomanceSiempre dicen que el amor supera cualquier cosa cuando es verdadero ¿Pero es eso verdad? ¿En serio el amor no tiene ningún enemigo? Como el tiempo, por ejemplo. ¿Una persona es capaz de perdonar todos los errores de alguien sólo porque lo ama? Pr...