SIEMPRE

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[<Eíder>]

Mientras él se deshacía el nudo de la corbata yo tomaba discretamente lo que necesitaba de nuestro tocador. Hace días que lo encontré y algo en mí me gritó que cometiera la locura.

- Me encanta ese vestido blanco. Se parece mucho a uno que tenías antes.

- Sí me acuerdo. De hecho ese vestido blanco era tu favorito.

- Bueno, eso suena algo raro. Era mi favorito solo cuando tú lo usabas. Aclaremos.

- Si así te sientes más cómodo. -Reí- Dígamoslo así para no afectar tu hombría tan intacta.

- Ay mira, la chistosita. -Me tomó de la cintura y me tiró a la cama- Me encanta como te ves pero ¿Y si lo quitamos?

- Espera a que sea más tarde. -Advertí- Freddy nos espera abajo.

- Pues que siga esperando.

Empezó a besar mi cuello y aunque soy débil con él, junté todas mis fuerzas para quitármelo de encima. La verdad es que me había tardado en peinarme y maquillarme como para arruinarlo tan rápido en la noche. Aparte todavía faltaba la sorpresa.

Caminé al armario y saqué un gancho con un conjunto en él cubierto por una bolsa de plástico transparente.

- Anda amor. Será rápido. -Me insistió- Ya al rato nos tomaremos nuestro tiempo.

-No. Ponte esto. -Lo dejé en la cama-

- ¿Para?

- Iremos a cenar. -Le sonreí y alcé mis hombros con gracia-

- Me agrada la idea. -Me regresó la sonrisa muy coquetamente-

Se desvistió para ponerse lo que le dije y no tardó mucho en estar listo. Acomodé su corbata, despeiné un poquito su cabello sin que se viera tan desordenado y le di un beso en la boca antes de salir del cuarto y bajar las escaleras.

Le puse un pañuelo de ceda en los ojos.

- No entiendo amor.

- Déjate llevar. -Hice bien el nudo-

- Ya nos iremos al restaurante.

- Algo así.

- ¿Y Freddy y los niños?

- Freddy acaba de salir con Alida. Por los niños no te preocupes.

- Ok. Me está gustando mucho esto. Tu voz es muy sugerente.

Lo jalé de la mano yendo yo adelante. Di varias vueltas por la casa antes del al fin salir al jardín. Todos estaban en completo silencio.

Lo llevé hasta nuestra mesa, donde estaban ya sentados nuestros hijos. Las niñas vestidas de blanco y Alfonso y Santiago, que estaba en los brazos de Aurora, de Azul como Bryan.

Lo ayudé a sentarse. Lo vi venir, estaba por decir una de sus cosas pervertidas que son inapropiadas si se dicen fuera de la habitación o simplemente en publico. Le quité el pañuelo de los ojos y enseguida cerró la boca.

- Sorpresa amor. -Le dije al oído-

Enseguida todos gritaron también "Sorpresa". Bryan sonrió antes de levantarse y darle la darle la bienvenida a todos.

Empezaron a servir la cena mientras de fondo se escuchaba una música muy agradable que estaba siendo tocada en vivo.

Bryan no paraba de hacerme preguntas y en especial quería saber el motivo de la cena. Lo preguntó unas cinco veces pero le cambiaba el tema.

Y a pesar del tiempo... *CD9*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora