66. "Sólo doscientos diecisiete días"

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[<Eíder>]

De repente sentí que me desmayaría otra vez. Y es que ¿Embarazada yo? Lucille dejó de mandarme mensajes hirientes y ahora llega este doctor a intentar ponerse cruel conmigo. No podía ser.

Me dio en las manos una hoja que muy nerviosa empecé a revisar. Siento que ni siquiera estaba presente en el lugar, mi cabeza andaba en algún otro sitio. En una parte de la hoja leí "sesenta y tres días de embarazo (Dos meses)" Ahí está, es un completo error. William se fue hace poco más de ese tiempo a Los Cabos y no ha vuelto. Aparte de que se podría decir que terminamos, aún no formalmente pero, por Dios, el hombre ya ni me habla por teléfono. ¿De quién más podría ser el hijo si no es de...

Carajo. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Estas cosas no me pueden pasar siempre a mí. El diez por ciento de posibilidades que existían de que yo pudiera embarazarme ¿Tenía que salir justo la noche que Bryan fue a mi casa? Jamás entenderé qué fue lo que hice mal para que a mí siempre me llueva, es horrible. No, no, no. Cállate Eíder. Esto es hermoso, no importa quién sea el padre. Es tu hijo, tuyo. ¡Estás embarazada! ¿Entiendes eso? ¡Estás embarazada!

Dejé mi trance atrás y sonreí muy amplio, al que tenía a lado era a Alonso así que es a quien abracé muy fuerte desquitando mi felicidad.


-Tienes que seguir todas las instrucciones al pie de la letra y venir continuamente para que todo esté en orden. Como ya le había dicho a tu hermano, el que estés embarazada no garantiza que el bebé pueda nacer. Corres riesgo tanto tú como él.

- Haré cualquier cosa que sea necesaria. -Dejé de mirar la hoja-

- Sin falta, cada mes te quiero aquí. Ve sacando tu próxima cita.

- Claro. Muchas gracias doctor. -Sonreí y ya me iba a ir de ahí-

- ¿A dónde vas? -Preguntó Alonso-

- A sacar mi cita.

- ¿Sabes dónde?

- Pues sí.


Alonso me acompañó mientras Laura y Freddy iban saliendo a esperarnos en el carro de Laura. Me dieron la cita exactamente el mismo día pero del siguiente mes. La chica de control que ya me conoce, se puso muy amable y me dijo que podía conseguirme una cita antes de esa fecha, pero como no era necesario y en realidad sí tenía que esperar un mes, tan sólo le agradecí.

Cuando ya íbamos a casa, Freddy no paraba de hacerle burla a mi enorme sonrisa. Decía que seguro tenía la cara paralizada mientras me miraba rápido por el espejo, en lugar de molestarme me reía con él.

No dejaba de preguntarme cómo sería la vida con un hijo, sólo esperaba que no resultara ser un desastre como los hijos de mi tío, aunque bueno, supongo que eso tiene que ver con la educación y claro que procuraré disciplinarlo o disciplinarla; seré cómplice en sus pequeñas travesuras, pero más le vale no pasarse porque entonces no dudaré en ponerle un correctivo.

Me puse a hacer cuentas. En doscientos diecisiete días más estará conmigo ¿Eso es mucho o poco? Espero que poco porque ahora ya muero por que nazca y eso que acabo de enterarme. Aunque bueno, con lo que dijo el doctor, supongo que no debo hacerme tantas ilusiones pero es que ¿Cómo no hacérmelas? Es imposible. Algo es seguro, no sé si podría soportar otra perdida.

En todo el camino no solté mi vientre, seguiría todas y cada una de las indicaciones dadas para no perder un hijo más. Pero bueno, empezaría con el cuarto mes, ya que cuando al fin llegó el día de la cita de los tres meses me fue imposible asistir. Tenía una exposición muy importante en la escuela a la misma hora, no podía faltar o reprobaría y de verdad no quería retrasarme con nada de la escuela. Ya sería bastante con los días que faltaría cuando entrara en cuarentena después del embarazo.

Y a pesar del tiempo... *CD9*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora