65. "Cambio"

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[<Alonso>]

- ¿Sí? ¿Quién habla? -Respondí mi celular que segundos antes estaba sonando-

- Hola Alonso. Habla Chanti.

- ¿Quién?

- Chanti. Salimos juntos el lunes pasado.

- Em. -Comencé a hacer memoria, claro, la chica de las extensiones- Ah, sí. Ya sé quién.

-Qué malo, me andabas olvidando.

- Para nada. Es que vengo un poco distraído.

- Conseguí tu número con una amiga que va en tu salón. Quería invitarte a una fiesta que estamos organizando para el viernes.

- Lo siento, pero no creo poder. Ese día lo tengo apartado.

- ¿Ahora a quién agregaras a la lista de mujeres Villalpando?

- ¿De qué hablas? Sólo me importa una. -Claro que no especifiqué a quién me refería-

- Qué tierno. Pero ¿entonces? ¿Por qué no habrías de venir?

- Compromiso familiar.

- Qué lástima, estaba muy ansiosa por verte.

- Pues si quieres en la escuela mañana. Tú nunca me saludas.

- Me da pena.

- Pero ¿No te dio pena marcarme a mi número cuando yo ni te lo di?

- ¿Te molestó?

- No, pero no le veo mucho sentido. Tengo que colgar. Bye.


No esperé respuesta y colgué. Guardé mi celular y seguí observando las calles porque ya casi era momento de bajar para ir al centro de paquetería. Llevaba una caja enorme e iba a ser algo estresante estar mandado a diferentes lugares, pero aún no sabíamos de qué otra forma hacerlo más que nosotros mismos. Quizá más adelante contrataríamos gente, si nos seguía yendo bien, claro. Llevábamos un poquito más de dos meses en el negocio y las ganancias eran muy considerables, Jos nos apoyó mucho recomendando nuestros productos y cientos de niñas hicieron sus pedidos. Casi no habían chicos que nos compraran, por lo cual esas prendas se nos estaban quedando, decidimos no imprimir más hasta que esas se vendiera y si no salían, simplemente las quitaríamos de los catálogos y ya.

La idea de más adelante poder comprar nuestras propias máquinas para imprimir los diseños en la ropa se estaba apoderando de nosotros. Pero aún no teníamos el dinero suficiente y sí muchos gastos personales. Aunque bueno, en realidad yo ya no tenía tantos. Eso de estar juntando dinero para comprar vuelos a Monterrey y pagar habitaciones de hotel donde alojarme ya terminó.


<Flashback>

Estoy en Monterrey, desde que llegué sólo he pasado un día entero con Sol, los demás únicamente tuve oportunidad de verla si acaso dos o tres horas al día.

No siento que esté cien por ciento concentrada conmigo. Los besos por parte de ella son como más obligados que por gusto y no entregados a todos los meses que no nos vimos considerando que sólo hablábamos por teléfono una vez a la semana. De inmediato sé que esto ya no anda muy bien.

Pero al fin tuvimos oportunidad de pasar un segundo día entero juntos, ella misma me propuso que se iría de pinta y les diría a sus tíos que saldría con amigos después de la escuela para luego ir a hacer un trabajo y que no regresaría hasta las diez de la noche. Me puse muy feliz, al fin iba a disfrutar de su compañía bien y no sólo un ratito. El problema estuvo en que cuando llegó el día no estuvimos solos, con ella vinieron tres de sus amigas que no dejaban de verme, una pareja de noviesitos y aquel muchachito con el que la vi salir el primer día que llegué por ella a la escuela. Cuando me alcanzaron en el parque, los vi que venían sonriéndose mucho y platicando de lo más entretenidos, me acerqué al grupo y saludé a bien a Sol, con un simple beso rápido en los labios tomándola de la cintura y la jalé a mi lado para empezar a caminar con dirección a dónde fuera.

Y a pesar del tiempo... *CD9*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora