- Hombre. ¿Qué no piensas ir a trabajar? El que ahora estés a cargo de la empresa no quiere decir que puedes no ir cuando quieras.
- Ya, ya, ya. No me regañes Clari. Tenía mucha flojera.
Iba entrando a la cocina para tomar un vaso, tenía mucha sed y me acababa de levantar, eran como las doce y algo de la tarde. Me reí por la cara tan indignada que puso Clarisa.
- ¿Qué paso con el Bryan responsable? ¿Se quedó en Francia?
- Sigue aquí, lo estás viendo. -Me serví el agua de una jarra que saqué del refrigerador- Lo que pasa es que el tío Albar me dijo que si quería podía empezar a presentarme hasta el lunes. Ahorita estoy como de vacaciones, podría decirse. Como ahora tendré el doble de trabajo que antes, planeo tomarme estos tres días que me quedan.
- Ah bueno. Ya me había espantado.
- ¿Y tú? -Bebí antes de seguir hablando- ¿Qué no tienes trabajo mocosita? ¿O qué nada más porque es viernes no planeas asistir?
- No, no trabajo. Estoy yendo a clases y no tengo hasta en la tarde.
- ¿Clases? Creí que te habías graduado desde hace algunos años ya.
- Estoy haciendo mi maestría.
- Que bueno. Felicidades.
- Si no te interesa, no tienes porqué ser sarcástico.
- No lo estoy siendo. -Reí- Enserio felicidades. Está padre que quieras seguir superándote y que bueno que lo estés consiguiendo.
- A bueno, gracias.
- Al rato te veo Clari.
Salí de la cocina con el vaso en la mano.
Tengo que vestirme ya para salir lo antes posible y que así me rinda el día. Quiero hacer algunas compras antes de ir a visitar a Laura. En todo este tiempo no he perdido contacto con ella, es de las personas que siempre están ahí aconsejándome y dándome ánimos para seguir con la empresa.
No quiero llegar con las manos vacías. A ella le traigo de regalo un perfume y a Freddy igual, a quien no le traje nada fue a Alida. Le quiero llevar un juguete, a veces le mandaba vestidos muy bonitos desde Francia, pero esta vez no quiero darle ropa, sé lo que se siente ser niño y que de regalo te den eso. No es malo, pero uno a esa edad lo que espera son juguetes.
Ya que salí, le di el día libre a Samuel. Tenía muchas ganas de manejar yo mismo entonces no me haría falta. Según yo había una juguetería cerca de aquí, pero no sé si fue mi falta de sentido de ubicación, si confundí la casa de mi tío con la de mi papá o qué, el punto es que jamás di con ninguna juguetería. Entonces fui manejando con rumbo a casa de Laura y ya en el camino veía qué me encontraba.
Tantos años en Francia hicieron que me olvidara un poco de las calles, afortunadamente tenía bien la dirección de la casa de Laura de tantas veces que le mandé cosas por paquetería y con el GPS todo está siendo más sencillo. Cuando estaba por llegar recordé que cerca de esos rumbos hay un centro comercial así que cambié un poco la dirección para comprar el regalo de Ali.
Di con el lugar donde venden juguetes y ahora no sé qué llevarle. Le gustan las princesas pero ya tiene un castillo de juguete y muchas muñecas o al menos eso es lo que me ha contado por vídeo llamadas. Ya sé, pronto cumplirá ocho y ya está en edad de juegos de mesa, le llevaré dos para que se ponga a jugar con sus papás. Tomé un jenga y un monopoly, lo más típico. Todavía existen los operando, definitivamente me lo llevo.
ESTÁS LEYENDO
Y a pesar del tiempo... *CD9*
RomanceSiempre dicen que el amor supera cualquier cosa cuando es verdadero ¿Pero es eso verdad? ¿En serio el amor no tiene ningún enemigo? Como el tiempo, por ejemplo. ¿Una persona es capaz de perdonar todos los errores de alguien sólo porque lo ama? Pr...