011.

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Permanecí con mis brazos cruzados mientras esperaba a que terminaran de pasar mi bolso por la maldita cinta, acomodé mis gafas de sol y estiré mi musculosa. Luke estaba del otro lado, con la misma expresión que yo mantenía.

— ¿Esas son drogas? —La chica me preguntó, rebuscando las pastillas anticonceptivas que guardé en mi bolso por error.

—Son pastillas anticonceptivas —Respondí de mala gana. —Sueles usarlas para prevenir quedarte embarazada...

— ¡Rápido maldición! —Luke gruñó del otro lado, dejando salir un pesado suspiro. —Se nos irá el avión y seguirás cuestionándole a mi novia por qué necesita pastillas anticonceptivas.

—Lo siento, señores —La muchacha replicó sonrojada, tomé mi bolso de una puta vez y me marché junto a Lukey.

— ¿Daddy? —Le llamé, consiguiendo que el volteara con rapidez.

— ¿Qué pasa, princesa? —Me preguntó, enredando su brazo alrededor de mí.

— ¿Falta mucho tiempo para que nuestro avión salga? —Cuestioné, haciendo un pequeño puchero mientras dejaba de mascar mi chicle por unos segundos. — ¡MIRA, DADDY! ¡Hay muchas tiendas de ropa! ¿Podemos ir? ¿Podemos ir?

—Está bien —Él suspiró, volcando sus ojos mientras yo me encargaba de jalarlo hacia las galerías con múltiples productos.

Keyla estaba junto a su madre sintiendo la fragancia de algunos perfumes importados cuando me acerqué a ellas, ambas discutían con diversión sí debían llevar o no un perfume Moschino o uno de otra marca menos conocida que la anterior.

Luke me advirtió que estaría chequeando algunas gafas de sol y yo me ocupé de asentir con mi cabeza mientras trataba de deducir cuál se convertiría en mi próxima elección. Finalmente me decidí por uno bastante dulce para mi gusto personal, pero conseguiría que la fragancia dure más ya que es verano y lo frutal es lo que suele utilizarse en esta época.

— ¿Estamos listos? —Andy nos preguntó a todas. —Debemos apurarnos, chicas. El avión llegará en quince minutos, necesitamos pagar eso y marcharnos.

Asentí con mi cabeza, rebuscando mi tarjeta de crédito dentro del bolso. Espero que Luke no se enfade conmigo luego de gastar casi trescientos dólares en un simple perfume, un barniz turquesa para mis uñas y unas gafas de sol que me encantaron. Liz me dijo que lo guardara dentro de mi bolsa junto al recibo para que luego no me armaran un estúpido escándalo en el aeropuerto de Estados Unidos. ¿No les he dicho? Nuestro vuelo tiene una pequeña escala en Florida, pero llegaremos mañana alrededor de las ocho o nueve de la mañana.

— ¡Yo quiero el asiento junto a Cleo y Luke! —Keyla chilló, empujando a su hermano mayor con cuidado. —Lo siento, Benny... pero mi padre ronca demasiado fuerte y tú igual.

El rubio volcó sus ojos mientras Luke se encargaba de abrochar mi cinturón, Keyla se colocó junto a su hermano guardando su teléfono en el bolsillo trasero de sus jeans.

— ¿Quieren que tome algo de mi bolso antes de que me abroche el cinturón? —La rubia cuestionó, acomodando sus gafas de sol en el bolsillo de su cárdigan. —No volveré a levantarme si tienen frío... no hasta que tenga ganas de hacer pipi.

—Todo está bien, Key —Reí, entrelazando mi mano con la de Luke. —Aunque he traído un libro, ¿Puedes alcanzármelo? Si llegara a aburrirme, podría leerlo.

Ella asintió, rebuscándolo entre mis cosas. Me lo extendió y le agradecí con una sonrisa, depositándolo sobre mis piernas. Una alarma consiguió que me diera un gran susto, oí la voz de una muchacha por el altavoz dándonos la orden de que colocáramos nuestros asientos derechos, que nos abrocháramos los cinturones ya que en unos pocos minutos nuestro avión despegaría.

daddy ; luke hemmings [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora