055.

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Después de una larga investigación con ayuda de mi laptop, mi madre, Scarlett, la señora Hemmings y mis abuelas, conseguí una lista con todo lo necesario para la llegada de los bebés. Así que estábamos listos, estábamos preparados para convertirnos en padres de gemelos y aceptar el reto de no sólo cuidar a uno, si no a dos.

Aparcamos frente a target, tomando una de las carriolas con sumo entusiasmo. El idiota de Luke me obligó a quitárselo a una pequeña niña, poniéndome la excusa de que estaba embarazada y seguramente ella conseguirá uno mejor. Pero, me sentí terrible al ver su expresión de tristeza.

— ¡Vamos, Cleo! —Él exclamó, dándome un suave empujón. —No me obligues a subirte aquí y arrastrarte por todo el supermercado, ¿Quieres que eso ocurra?

Volqué mis ojos y negué con la cabeza, nos hicimos paso directo hacia los intercomunicadores y cámaras de vigilancia que colocaríamos dentro de la habitación de los niños para estar alertas todo el tiempo. Mi abuela Edith siempre dijo que mantener a los niños en una habitación separada a los padres era mejor opción que tenerlos contigo, así luego no se generaría un apego innecesario.

Luke tiene la maldita costumbre de escoger los elementos más costosos, imaginándose que su valor determina la calidad y necesidad. Pero esta vez no diré nada, no puedo oponerme a un monitor táctil para saber si mi bebé está descansando bien o no, los demás sólo advierten cuando llora sin ofrecer una imagen y aquello me disgusta. Necesito ver a mis bebés.

—Colocaremos dos cámaras, por si acaso —Comenté, probablemente había sonado como una chiflada por la expresión que Luke tenía en el rostro pero me importa muy poco. —Necesitamos ir por los colchones y los protectores para que no se mojen si los bebés llegan a hacer pis.

Luke asintió con la cabeza, él parecía observar atónito a algún punto en concreto de la tienda, pero en cuanto volteé para tratar de descubrir que había capturado toda su atención, pude sentir un desgarrador grito proviniendo de la zona repleta de aparatos electrónicos. En cuanto iba a voltear, él me empujó hacia adelante evitando que uno de los vidrios cayera completamente sobre nosotros.

Lo miré inexpresiva, dejando salir un jadeo por el susto que acababa de darme. No lo vi venir, aquello simplemente ocurrió, consiguiendo que todas las personas en target gritaran aterrados y suplicaran por algo de ayuda para la inocente embarazada. Pero, a juzgar por su expresión, sabía que esto recién estaba comenzando y cosas peores estaban por venirse.

— ¿Estás bien? —Luke interrogó, ayudando a que me pusiera de pie. Pude notar que su frente estaba sangrando y me aterré.

—S-sí, ¡Estás sangrando! —Titubeé, recogiendo un pañuelo descartable de mi bolsa con rapidez. Hice presión sobre la herida y él chilló. — ¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Qué fue eso?

—Tranquila, no ha sido nada —Él trató de sonreírme, empujándome suavemente hacia adelante mientras todos los empleados se acercaban para ayudarnos. —No se preocupen, estamos bien, no ha sido nada. Puede pasar en cualquier sitio, ¿No es cierto? Regresaremos a nuestras compras, estamos bien.

Quería preguntarle qué demonios estaba ocurriendo, por qué se había quedado parapléjico al notar aquella presencia al final del sector para bebés, qué había provocado aquel desgarrador grito y por qué repentinamente estaba comportándose de forma tan extraña. Pero, una vez más, sentía que este era sólo el principio... el comienzo del huracán.

Nos dimos unas cuantas vueltas, a pesar de que sólo compramos cinco objetos inanimados que podrán hacernos la vida mucho más fácil. Ni siquiera sabíamos si nuestros familiares iban a obsequiarnos algo por el nacimiento de nuestro bebé, ni siquiera sabíamos si mis amigas se encargarían de organizar un baby shower para festejar tan esperada llegada.

daddy ; luke hemmings [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora