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Le sonreí al hombre y le entregué mis papeles, enseñándole mi VISA y mi pasaporte. Él me indicó que me colocara justo frente a la pequeña cámara, obedecí y esperé a que tomara la fotografía. Luke era el próximo en la fila, así que debía permanecer estática y no decir ninguna palabra hasta que estuviéramos lejos de la zona de migraciones. ¡Ahora mismo me encuentro en el aeropuerto de Los Ángeles, California!

Hemos quedado en que nos encontraríamos con el mejor amigo de Lukey en la entrada de la terminal número dos, por la cual hemos ingresado ahora mismo. Me sorprendí al ver un gran número de personas correteando, yendo de aquí para allá; sin dudas es uno de los aeropuertos más concurridos que he visto en toda mi vida, luego del aeropuerto de Londres.

— ¿Qué hora es? —Luke me preguntó, me encargué de tomar mi teléfono celular del bolsillo de mi chaqueta. —Carajo está helando aquí, ¿Tienes frío, bebé?

—Algo, pero puedo soportarlo —Contesté, chequeé la pantalla de mi móvil y se la enseñé, esperando que él leyera el horario actual.

—Calum ha de estar esperando por nosotros, recogeremos las maletas y nos marchamos hacia la entrada —Me indicó, entrelazando nuestros dedos con ternura. Mi mochila estaba bastante pesada pero no quería obligarlo a llevar mis pertenencias. — ¿Quieres algo de comer? Podemos detenernos y...

—Estoy bien —Me reí, acariciando su antebrazo. — ¿Tu amigo vive con su novia? ¿Hace cuanto tiempo están juntos?

—Tres años, ella hace muy feliz a Calum. ¿Sabes? Cuando la conocí, creí que ella sería una perra... pero estaba muy equivocado. —El rubio respondió, una boba sonrisa se dibujó en mis labios. —Aqua es increíble, ya lo verás. Estoy seguro de que se llevarán súper bien.

—Eso espero —Me encogí de hombros, haciendo un puchero. Ambos nos detuvimos frente a la cinta, esperando por nuestras maletas cuando estuvo frente a nuestras narices todo este tiempo. — ¡Puedo ver mi maleta!

Corrí hacia el equipaje blanco con calaveras y al instante supe que esa era una de nuestras valijas, pero aún nos faltaba una un poco más pequeñita que contenía algo de ropa de Luke. Siendo sincera, ambas estaban vacías y sólo nos habíamos traído abrigos y objetos de higiene personal.

— ¡Mira toda la ropa que hay aquí! —Chillé con entusiasmo, seguramente mis ojos estaban brillando y observaba todas esas prendas de la misma forma en la que observo a Luke.

— ¡Oh, no! —Él se quejó, arrastrando nuestras maletas. — ¡No tenemos tiempo para esto, Cleo!

Luke literalmente me empujó por todo el aeropuerto, mucha de la gente que pasaba junto a nosotros nos observaba con diversión, ternura e incluso molestia. Ellos quizá estén pensando en que no tenemos nada más interesante para hacer que molestarnos el uno al otro, tontear como adolescentes cuando ya hemos pasado por esa etapa desde hace mucho tiempo.

— ¡Allí están! —El rubio exclamó con emoción, corriendo hacia su mejor amigo Calum. Traté de mantenerle el paso pero con sus alargadas piernas, tomaba muchísima ventaja. — ¡Cal, es tan bueno verte de vuelta!

Ellos dos se hundieron en un profundo abrazo.

Todo parecía idéntico en el mejor amigo de daddy, sólo que ahora tenía ciertos tatuajes que no había visto antes y una muchacha rubia lo acompañaba. Ella es preciosa, sin dudas es bella y sentía mucha envidia de sus piernas; su cabello llegaba hasta debajo de su cintura, un rubio platinado que se veía bastante natural, tiene unos enormes ojos azules y muchas pecas, sus extremidades son largas, está a unos pocos centímetros por debajo de mí. Trae unos jeans negros ajustados, una playera blanca y sobre ésta un abrigo de piel oscuro.

daddy ; luke hemmings [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora