daddy ; luke hemmings [1]

048.

Volqué mis ojos al ver la nueva portada de la revista Seventeen; Alex estaba en su portada y debajo de su estúpida fotografía el título: "Ella siempre será el amor de mi vida" en un tamaño tan grande como para que cualquier persona con miopía pudiera leerlo. Estoy harto de ver este tipo de cosas diariamente, harto de que él insinúe que no ha superado a Cleo luego de que pasaran SEIS estúpidos meses desde su ruptura. Harto de todo este estúpido drama.

—Esto es una burla —Me quejé, estrellando la revista contra la pequeña mesa de café de nuestro hotel en Las Vegas. Ethan me observó con diversión, dejando salir una carcajada. —No te burles, ¿Qué pensarías tú si el ex de tu prometida continúa acechándola?

—Probablemente lo golpearía hasta dejarlo inconsciente —El rubio contestó dejando salir un suspiro, colocó una de sus manos sobre mis hombros y me miró a los ojos. Aquí viene uno de esos estúpidos consejos por parte del hermano mayor de mi chica. —Cleo te ama con todo su corazón, Luke. No es difícil notarlo que mi hermana saltaría desde el Golden Gate* si tú se lo pidieras, así que mi sabio consejo es que trates de no sofocarla con el tema de Alex. Sí, el tipo está obsesionado con Cleo... sí, el tipo aún no la ha superado. Pero tú eres su prometido, ¿No es así?

Asentí con mi cabeza, indicándole que esto era cierto.

—Entonces ella no huirá con nadie más a no ser que tú le des una buena razón para hacerlo —Fitzgerald alzó una de sus cejas, golpeando mis mejillas con suavidad. —Confía en mí, cuñadito. Conozco a las mujeres, especialmente a mi hermana. ¿Has olvidado que crecimos juntos? Yo estuve allí todo el maldito tiempo.

—Lo sé, Ethan —Bufé, cruzándome de brazos y encorvando mi espalda. —Tengo mucho miedo de que Cleo se enamore de alguien más, ella es tan preciosa, ella es tan buena persona y... yo sólo soy un gruñón.

—Eres la bestia y ella es bella, lo sé —Ethan se rió. —Pero al final de la historia la bestia se convierte en un bello príncipe, ¿No es así? Deja de quejarte, si tienes miedo lo arruinarás todo... todo se irá al carajo. Sólo sé tú mismo y deja que todo fluya, déjalo ser; Cleo no va a abandonarte.

Al momento que iba a responderle, Samuel y Zirah se aparecieron, obligándome a cerrar la bocota. El menor de los tres hermanos tenía el brazo alrededor de la cintura de su novia, estaba mirándola a los ojos con ternura, de vez en cuando murmuraba cosas inaudibles en su oído consiguiendo que ella riera. Sentí unas infinitas necesidades de burlarme de ellos dos al notar un enorme hematoma en el pecho de Zirah, pero Ethan me leyó la mente y tomó la iniciativa.

— ¡Woah! Mira lo que son esos chupetones, Zirah —Dijo en un tono burlón, rozando sus dedos en el cuello de Sam. —Y tú también los tienes, ¡Son unos conejitos folladores!

— ¿Conejitos? —Sam preguntó, sus mejillas estaban rojas y parecía estar a punto de explotar por el incómodo momento que su hermano le estaba haciendo pasar. — ¡Tengo veintiún años!

—Aún no tienes veintiún años, ¡No puedes hacer este tipo de cosas con tu novia! —Me burlé de ambos, consiguiendo que Ethan se sumara a mis sonoras carcajadas. —Aún eres ilegal.

Los más jóvenes se sonrojaron, especialmente Zirah, quién no sabía en qué dirección desviar su mirada para evitarnos. La noche estaba a punto de comenzar y las chicas no se apuraban, puedo imaginar a Cleo desesperada porque perdió alguna de sus pertenencias dentro de las sábanas. Esa chica conseguirá que me salgan canas verdes con todo esto.

Actualmente estoy en Las Vegas con algunos miembros del clan Fitzgerald y los amigos de Samuel para festejar su cumpleaños número veintiuno, como es una edad tan importante para todo el mundo es realmente importante tener una gran fiesta al estilo Sam (con mucho alcohol, bailarinas exóticas, músicos importantes y discotecas).