019.

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Las chicas de mi universidad parecían estar más exaltadas de lo que suelen estarlo diariamente, según los rumores que he estado oyendo, al parecer han traído unos cuantos estudiantes de intercambio y esto las está volviendo locas. Según Keyla, hay uno de los muchachos que es atractivo como el infierno pero necesito verlo para sacar mis propias conclusiones.

—Estaré aquí afuera, ¿Estarás bien sin mí? —Zumbé, arrastrando mi silla con cuidado de no hacer mucho ruido. Lo peor que podría hacer es interrumpir una lectura con el insoportable profesor Johnes. Mi compañera asintió con su cabeza, indicándome que estaría bien. —Necesito un poco de aire fresco, me duele la cabeza.

Empujé con fuerza la puerta para abrirla y me acomodé sobre un pequeño mural que había frente al salón de literatura, mis ojos se concentraron sobre mis bronceadas piernas las cuáles podían verse gracias a que había traído unos shorts de jeans. Balanceaba mis pies mientras trataba de respirar, el calor era insoportable en aquella sala de clases, estaba dándome mucho dolor de cabeza y el día recién comenzaba.

— ¿Hola? —Un muchacho moreno me saludó, levanté la vista para encontrarme con lo que parecía ser un estudiante nuevo. — ¿Esta es la clase de arte?

—No, esta es la clase de literatura —Contesté mientras trataba de buscar con la mirada el salón de arte. —A tu izquierda podrás llegar a la clase de artes abstractas, ¿Es eso lo que estás buscando?

—No —Él sonrió, acomodándose junto a mí. —Asumo que estoy perdido... que mala suerte la mía por ser nuevo.

Me concentré en su rostro, el no parecía tener más de diecinueve o dieciocho años. Cabello negro, enormes ojos verdes y una sonrisa que demostraba que el chico tenía más carisma de lo que acababa de mostrar. Dios mío, si Keyla estuviera aquí seguramente tendría sus bragas húmedas.

— ¿Eres nuevo? —Le pregunté, tratando de deducir de dónde provenía porque su acento no se me hacía muy familiar. —No te había visto antes.

—Estoy en un mini intercambio —Él respondió, sus ojos eran algo llamativo. No todos los días ves a un muchacho moreno con ese color de ojos. —Acabo de entrar para este semestre, ¿En qué carrera estás?

—Ingeniería —Contesté, dirigiendo mi mirada hacia el piso. — ¿Qué hay de ti?

—Estoy en administración de empresas —Replicó, observé de reojo que tenía una gran sonrisa en el rostro. — ¿Es tu primer año?

—No, de hecho es mi segundo año aquí —Balanceé mis piernas hacia atrás, permaneciendo quieta por unos minutos. — ¿De qué país provienes?

—Bueno, vengo de California en Estados Unidos pero nací en Cuba —Él explicó, consiguiendo que fijara mis ojos en él una vez más.

¡Eres un latino! —Exclamé con el español que había aprendido en la secundaria y en los cursos a los que me enviaban mis padres. —Mi español no es muy bueno.

—Pero hablas mucho mejor que cualquier otra persona aquí —Él rió. —Una chica me preguntó si Cuba era una especie de isla en guerra civil.

— ¿Enserio? —Dejé salir una carcajada. —Eso suena un tanto chistoso.

—Lo sé, algunas personas no tienen una mínima noción de la ubicación actual de mi Cuba querida —Se quejó, él parecía ser una de esas personas muy apasionadas por su país de origen y eso me agradaba. Además de ser guapo, se interesa por su país natal.

daddy ; luke hemmings [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora