Cubrí mi rostro con la ayuda de mi bolso, moviéndome a través de la multitud de paparazzis que trataban de obtener una fotografía de Zirah después de todo el drama que debió vivir con Sam. Todos los ojos habían estaban puestos sobre mis familiares, Zirah y yo; muchos medios sintieron que sería algo cómico culparnos por la situación de mi hermano, culparnos por no haberle brindado la atención que necesitaba.
Actualmente me encuentro en Los Ángeles con Lukey, sentimos que lo mejor que podríamos hacer por Zirah sería brindarle nuestro apoyo mientras regresa a su rutina de trabajo, sin contar que esto nos ayudaría muchísimo a recuperar el fuego que solía tener nuestra relación. Los gemelos están con la señora Hemmings, sanos y salvos mientras sus padres están del otro lado del país por un tiempo indefinido; Luke ha estado repitiéndome que no tiene nada de malo tomarnos un pequeño descanso del trabajo y la dura rutina, obligando a que Liz se haga cargo de las criaturas más escandalosas del universo.
— ¿No estás harta de tanta atención? —El hermano de Zirah soltó, entrelacé mis dedos con los de Luke a medida que ambos nos abríamos paso hacia la pista de baile. La novia de mi hermano necesitaba hacer una aparición pública en una importante discoteca, no podía perder una oportunidad como esta para despejar su mente. —Iré a buscar algo para beber, ¿A alguien se le ofrece algo?
—Iré contigo —Luke comentó, plantando un beso en mi frente.
Zirah me llamó moviendo su mano con emoción, abrazándose a mí posando para las fotografías. Sonreí, saqué la lengua e incluso besé la mejilla de mi cuñada, esperando que todas sus preocupaciones se alejaran al menos por unas horas; tampoco esperaba que ella se embriague y comience a besar a todos los chicos que van de aquí para allá, pero al menos necesito que baile y se distraiga.
Regresamos con los muchachos después de casi perdernos en medio de un túnel repleto de personas que querían jalarnos del cabello, Luke y Ed estaban conversando con otras chicas pero en cuanto mi novio notó mi mirada penetrante, se disculpó y caminó hacia mí sosteniendo un vaso repleto de hielo.
—Es jugo de limón, cerveza y vodka —El rubio me explicó, trató de abrazarme pero me moví consiguiendo que se aferrara a mi cintura. — ¿Algo anda mal, Cleo?
Negué, moviendo mi cabello hacia atrás. Él se rió a carcajadas, besando mi cuello con ternura.
—Algo anda mal, Cleo —Luke insistió, acariciando mi mejilla con la yema de sus dedos. Estaba gritándome debido al volumen de la música. — ¿Ha sido porque hablé con esas chicas antes de que llegaras? Sabes que no hice nada, bebé.
—Todo está bien —Insistí, forzando una sonrisa. Me coloqué de puntas de pie para besarlo, ya que sin importar que mis piernas fueran largas o que esté utilizando tacones altos, Luke continuaba superándome por muchísimos centímetros. Él correspondió, colocando su mano en mi trasero, repartiendo suaves caricias por toda mi espalda. — ¿Lo ves? Estamos bien, idiota. No debería sentirme insegura cuando se trata de otras mujeres, sé que al final de la noche ninguna de ellas podrá cuidarte cuando enfermas.
Luke dejó salir una carcajada, moviéndonos a ambos al ritmo de la música. Zirah y su hermano estaban conversando con algunas personas que no había visto nunca antes, así que preferí quedarme junto a mi prometido. Moví mi trasero al compás de la canción que resonaba a través de los altavoces, mordiendo mi labio al sentir cómo Luke chocaba suavemente contra mí.
Sí, cualquier persona podría sentir la tensión sexual acumulada entre ambos. Pero estábamos más que justificados, con el nacimiento de los gemelos, con suerte podíamos hallar tiempo para ambos; así que puedo decir que este viaje lo aprovecharemos para volver a sentirnos como la primera vez que nos conocimos aquella calurosa tarde en casa de los señores Hemmings, en la cual Luke me insultó y luego dijo que yo era la muchacha más preciosa del mundo. ¿Qué demonios hubiera sido de mi vida si no me hubiera topado con este desastre de ojos preciosos?
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daddy ; luke hemmings [1]
Hayran Kurgu❝-Yo seré tu peor pesadilla si no haces lo que te digo -Murmuró de la forma más calmada del universo, como si aquello no significara nada para él. -Te daré lo que quieras, puedo hacer que toques el cielo con las manos... pero no tendré miedo de hace...