daddy ; luke hemmings [1]

021.

Daddy me había dado un poco de su whisky y ahora no podía dejar de reírme de la película que estábamos viendo. Había cambiado mi tétrico vestido negro por una playera de Luke y mis bragas negras, hoy me sentía de luto, incluso mi ropa interior parecía estar triste. Tenía mi cabeza sobre las piernas de Luke mientras bebía un poco de su whisky.

—Estoy muy aburrido —Él se quejó. — ¿Quieres hacer algo más?

— ¿Por qué no tienes ningún tipo de juego? —Pregunté, poniéndome de pie. Me incliné levemente para alcanzar la consola de videojuegos que se encontraba detrás de las puertas de vidrio. —Al menos tienes un Playstation pero son puros juegos de fútbol, ¡Súper aburrido!

—Cleo —Él carraspeó. —Diablos, puedo ver tu ropa interior desde aquí.

— ¿Y eso qué? —Pregunté en un tono inocente, moviendo mi trasero. El whisky había comenzado a hacer efecto en mí. — ¿Te excita ver mi aburrida ropa interior?

Entre las múltiples cajitas de videojuegos que Luke guardaba debajo del mueble que sostenía su enorme televisión, pude encontrar un libro de tamaño formidable en la parte trasera. Lo tomé con cuidado de no destruir nada y me fue inevitable no soltar una carcajada al leer el título.

— ¿Por qué tienes un libro del kamasutra en tu casa? —Interrogué, alzando una ceja. Comencé a hojear el texto y a medida que las páginas avanzaban, mi risa era más y más fuerte. — ¿El vuelo de la libélula? Esto es patético... mira los gráficos. "Ella permanecerá recostada mientras hace un trabajo oral, esto resultará bastante cómodo para ambos."

—Cleo, guarda esa mierda —Se quejó caminando hacia mí, dejó una nalgada en mi trasero y extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie una vez más. —Si no vamos a utilizarlo, déjalo donde lo encontraste.

—Nunca intentamos nada de esto —Berrinché haciendo un puchero. —Aquí dice que podemos hacerlo en las escaleras, en la lavadora... hay una posición que se llama la mantis ardiente y me ha gustado. ¡Mira qué bonito es hacer el amor así!

Él cerró sus ojos por un instante, una sonrisa se dibujó en sus labios y sin decir absolutamente nada, me guió hacia las escaleras.

—Ven aquí, nena —Él concluyó, deshaciéndose de sus pantalones. —Vamos a hacer esto donde tú más quieras.

Se deshizo de la playera que llevaba puesta, deslizando hacia abajo mis bragas. Me encargué de quitarme el sostén, dándole la libertad que él sintiera necesaria para hacer lo que quiera con mi cuerpo. Rozó su dedo por todo mi tórax, dibujando mi figura al mismo instante que me observaba a los ojos, aquellos bonitos ojos azules que no me cansaba de observar nunca.

Luke me indicó que me acomodara sobre las escaleras con las piernas levemente separadas, mi espalda chocó bruscamente uno de los escalones y no podía negar que estaba molestándome más de lo esperado, pero yo misma me lo busqué así que ahora debía buscarle la vuelta para disfrutar de todo esto. Rozó su miembro bucal sobre mi clítoris, sus manos estaban posadas sobre mis muslos y no podía negar que este chico estaba haciendo un trabajo maravilloso. Relamió mis pliegues, invadiéndome por completo con su lengua.

—Bebé —Él gimió en cuanto enredé mis dedos en su cabello el cuál últimamente estaba poniéndose rizado. —Eres mía, Cleo. Completamente mía. Nadie más puede tenerte, sólo yo.

Sonreí, acariciando su rostro. Él se acomodó nuevamente sobre mí cuerpo y volvió a besarme, sentí mucha necesidad de acariciar su cuerpo, de llenarlo de besos, demostrarle cuanto lo amaba. Pero hasta ahora lo único que continuaba preocupándome, era el hecho de que no teníamos una relación estable... él es mi daddy y yo soy su Little girl. No hay una relación seria, solo algo que nos involucra sexualmente a ambos.