daddy ; luke hemmings [1]

023.

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Cerré mis ojos y por un momento sentí como todo el peso de mis hombros desaparecía, se sentía como si por un momento me hubiera convertido en un pequeño colibrí que vuela alegremente por el mundo sin preocupaciones ni miedos. Pero de repente, el peso regresó, alguien sostenía mis piernas impidiéndome avanzar. Sentí como el aire se escapaba de mis pulmones, mi vista se nublaba y volvía a caer en el mismo abismo, perdiéndome.

Unos ojos turquesas estaban observándome, no conocía a esta persona, pero su aspecto me daba escalofríos. Era precioso, rasgos faciales perfectos, una sonrisa cegadora y aquellos ojos... aquella mirada que ponía mi piel de gallina. Él se me hace tan familiar pero no recuerdo haberlo visto nunca antes.

—Seré tu peor pesadilla, Mery. —El hombre dejó salir, apretando mi brazo con fuerza. Miré hacia abajo y me helé, llevaba un vestido que me recordaba al que solía utilizar Marilyn Monroe. —No importa cuántos años pasen, no importa que mueras y vuelvas a nacer... yo seré tu peor pesadilla en todas tus otras vidas. Jamás perdonaré lo que me has hecho, has roto mi corazón, mi cuerpo, todo lo que quedaba de mí. Te maldigo, maldigo tu alma.

Aquello me había dado escalofríos, quería llorar y gritarle que no hiciera eso. ¡Yo no le había hecho absolutamente nada! Ni siquiera lo conocía. Estaba a punto de tener un ataque al corazón en cuanto volví a caer, otra vez la misma soledad, el mismo vacío dentro de mi corazón, la misma sensación de asfixia.

El hombre ya no estaba, esta vez era una mujer la que estaba frente a mí. Mis brazos eran gruesos, ella estaba sonriéndome. Estaba entre los veinticinco o treinta años, rostro angelical, cabello rojizo, ojos verdes y algunas pecas. De repente, noté que yo era un hombre. ¿Qué demonios están viendo mis ojos? Necesito escapar de aquí, ¡Este no es mi cuerpo!

—Alejandro —Ella estaba hablándome en un idioma desconocido, por lo que pude comprender, era español. —No puedes dejarme aquí, Alejandro. Te odio, jamás olvidaré todo esta mierda por la que me has hecho pasar.

Y allí fue cuando lo comprendí, todo había sido una advertencia. Debía tener cuidado de alguien, una persona a la cuál conocía, pero no había obtenido ni una pequeña pista sobre quién podría ser.

—Sé que tienes muchas preguntas para mí —Un anciano habló, ambos estábamos sentados sobre el césped verde. Todo estaba repleto de flores y árboles, había muchos niños correteando por todas partes, muchas personas dando vueltas por nuestro alrededor. —Sé que hay mucho dando vueltas por tu cabeza, pero tómalo como una advertencia. Pocas veces ocurren las segundas oportunidades, la vida te ha advertido que algo has estado haciendo mal.

Él se tomó un tiempo, me observó a los ojos y aquello me dio escalofríos. Su mirada se sentía repleta de paz, me daba todas las esperanzas que siempre necesité, hacía que me sintiera amada de una manera un tanto extraña.

—Quiero que sepas que no estarás aquí todo el día —Él dejó salir un bufido. —Recuerda lo que voy a decirte, Cleo. Es muy importante que lo recuerdes porque en el futuro podría servirte. A veces, cometes errores... pero siempre es bueno levantarte, sin importar cuán lastimado estés. Tienes que vivir sin miedo, tienes que arriesgarlo todo sin temor. La vida es corta y te das cuenta de eso una vez que estás muerto.

Fruncí el ceño, traté de concentrarme en su rostro. Él se me hacía un poco mucho familiar, pero no podía recordar de dónde.

—Cleo, tienes una increíble vida por delante. Has sido bendecida con belleza natural e inteligencia, no la desperdicies... no desperdicies tu tiempo en algo que no tiene un futuro concreto. —Él habló, podía estar segura de que estaba refiriéndose a Luke. Podía sentirlo, indirectamente, él estaba dándome una advertencia sobre el rubio. —A veces la soledad enseña más que la compañía, confundimos muchas cosas con amor. Pero tómalo como una advertencia, si no vives tu vida, si no aprendes a perdonar, si no tratas de arreglar todo lo malo de tu vida, esto se pondrá en tu contra. Eres joven, eres hermosa, inteligente y talentosa. Tienes que comenzar a vivir tu vida porque nadie más lo hará por ti, ama como si no hubiera pasado ni futuro, ama con el corazón. Si tienes ganas de viajar, hazlo. Si tienes ganas de comprarte un costoso carro, hazlo. Si quieres darle un puñetazo en la cara a tu madre por ser tan imbécil, hazlo. No permitas que nada te detenga, Cleo.