054.

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Los flashes que trataban de capturar fotografías de Samuel estaban cegándome, Luke tenía su espalda cubriéndome y ahora mismo hubiera agradecido traer mis gafas de sol para evitar tanto daño, aunque me vería igual de idiota que mi hermano menor. Mi prometido abrió la puerta de su camioneta, dejándome subir en el asiento de copiloto, Keyla y Sammy estaban observándonos inexpresivamente desde la parte trasera, con la vista fija en sus teléfonos móviles.

—Zirah dice que estuviste increíble en la gala —Mi hermano avisó, sonriendo como idiota al objeto inteligente. —Lo sé, sé que me veía increíble pero necesitaba decir esas palabras para que mi padre se encargue de cuidar mucho más de sus nuevos bebés.

—Dile que muchas gracias —Murmuré, sonrojándome levemente ante la mirada persistente de Luke. Mi hermano dejó salir una carcajada y continúo susurrando cosas inaudibles mientras charlaba con Zirah por teléfono.

Mi prometido se dio una rápida pasada por McDonnald's para que todos pudiéramos pedir nuestra cena ya que ninguno tenía ánimos para ir hasta un restaurante, habíamos permanecido tantas horas sentados que mi trasero comenzaba a dormirse. Necesitaba quitarme los zapatos, mis pies estaban hinchados y mi espalda dolía mucho; muchos médicos me dijeron que una vez alcanzadas las dieciséis semanas de embarazo los dolores y malestares comenzarían, los bebés iban a moverse pero las náuseas, mareos y vómitos mermarían. Sin contar que podré saber el sexo de mis futuros hijos en unos pocos días, estoy deseando que dios oiga todas mis plegarias y me envíe dos niñas para comprar esos vestidos monísimos y vestirlas como súper modelos.

— ¿Qué pedirán? —Luke preguntó en cuanto el automóvil que teníamos enfrente avanzó, un muchacho le sonrió a mi prometido en un intento fallido de amabilidad. —Buenas noches, una Angus de pollo con papas fritas y coca-cola grandes.

—Una ensalada común, pero quiero Sprite light para beber —Keyla le indicó al muchacho. —Y puede sumarle unas papas fritas de tamaño grande con mayonesa.

—A la mierda tu dieta —Luke se rió. — ¡Rápido, chicos!

—Un wrap de pollo —Sam soltó sin apartar sus ojos de la pantalla de su teléfono móvil. —Con fanta, sólo quiero fanta sin papas.

Y aquí llega mi turno, mi turno para dejarlos a todos boquiabiertos con todas las mierdas que comeré pero me importa muy poco ya que estoy ejercitándome diariamente después del trabajo.

—Un big mac, unos nuggets de pollo, papas fritas enormes con mucha mayonesa con una Sprite del mismo tamaño —Ordené, evitando las miradas de los demás. —Oh, y una leche con chocolate.

— ¿Eso es todo? —El chico cuestionó, extendiéndole un ticket a Luke una vez que éste le dio todo el dinero. —En la próxima ventana le entregarán su pedido, disfruten de su cena. Muchas gracias por escoger McDonnald's, que tenga unas buenas noches.

—Gracias a usted —Mi prometido sonrió, avanzando.

—Creo que tus bebés están dándote mucho hambre —Keyla soltó una risita, colgándose de mi asiento como si fuera una pequeña niña. —Tengo mucho miedo de engordar y volverme una vaca, que Luka me vea poco atractiva y...

— ¿Estás llamándome gorda? —Pregunté, volteando mi cabeza rápidamente. —No estoy gorda, estoy ejercitándome, lo he estado haciendo los últimos meses para evitar que las cosas que he estado comiendo afectaran mi figura.

—Sabes que eso es inútil, siempre serás atractiva para mí, Cleo —Luke bufó, encogiéndose de hombros. —No es necesario pasar tantas horas en un gimnasio para verte más atractiva frente al hombre que juró amarte por el resto de su vida sin importar que te vuelvas un asco. ¿Qué hay con mamá y papá? Ella siguió amándolo a pesar de su ataque al corazón y los tantos kilos que aumentó.

daddy ; luke hemmings [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora