daddy ; luke hemmings [1]

067.

Estaba más que orgullosa con la elección final de los vestidos para mis damas de honor, todas ellas se veían monísimas con aquella pieza de color rosa y los ramilletes de rosas entre las manos. ¿Qué son los nervios cuando estás a punto de contraer matrimonio con el hombre de tus sueños? ¿Qué son las mariposas en el estómago cuando debes lidiar con Luke Hemmings y sus dulces palabras diariamente? Debería sentirme nerviosa, sí. Debería estar a punto de llorar, sí... pero es mi gran día y no permitiré que nada ni nadie arruine lo que he estado preparando por los últimos ocho meses.

Me observé unos largos minutos frente al gigantesco espejo de mi habitación y sonreí, aún no lo puedo creer. ¿Cuándo fue que avancé tan rápido en mi relación con Luke como para estar a minutos de convertirme en su esposa? Pareció ser ayer cuando nos conocimos, pareció ser ayer cuando decidimos ser una pareja real y pareció ser ayer cuando atravesamos todas las pruebas del destino las cuales nos ayudaron a confirmar que habíamos sido hechos el uno para el otro.

Keyla, Jade, Arlette, Zirah, Riley y Olivia estaban formando una fila, una al lado de la otra, mientras la señora Hemmings capturaba algunas imágenes con ayuda de un numeroso equipo de fotógrafos que ella misma se encargó de contratar para la ceremonia y la celebración. Aún necesitaba arreglar unos últimos detalles en mi atuendo, tales como la joyería y mis zapatos de tacón, pero aquello no me impedía colarme en las selfies que muchas de ellas estaban tomándose con sus respectivos teléfonos.

— ¡Keyla, necesito tu ayuda! —Exclamé al notar que mi vestido me impedía pasar por la puerta, ella rió a carcajadas tomando la extensa falda entre sus manos y estrujándolas para que de este modo pudiera moverme hacia el clóset. —Tengo muchos nervios, no puedo encontrar mis zapatos... ¿Dónde los he metido?

—Tranquilízate, mujer —Keyla me sonrió, poniéndose de rodillas mientras rebuscaba entre mis múltiples botas, sandalias, zapatos de tacón y zapatillas deportivas. —Para eso estamos nosotras, tus damas de honor quienes haremos de tu preparación para la boda algo más fácil. ¿Qué más se te ha perdido?

—Sólo me hace falta mi collar y estaré lista —Indiqué, colocándome los zapatos. Rebusqué en uno de mis cajones y me coloqué la última pieza que le faltaba a mi atuendo para estar completo. — ¡Ya estoy lista!

Liz estaba haciendo un increíble trabajo con el álbum de fotos, con esto entre sus manos no quedaría ni un mínimo momento sin capturar. Estaba con los nervios de punta, no podía mover ni un dedo porque temía arruinar la ceremonia y todo por lo que hemos estado trabajando. Una limusina pasó por nosotras para llevarnos directamente hacia la iglesia, donde Luke y algunos de nuestros invitados estarían esperando por mí.

Mi padre me acompañará directo al altar, donde mi futuro esposo estaría esperando por mí justo como lo he soñado desde que era una pequeña niña de cinco años. Soñaba con llevar un vestido de princesas, con una larga cola y muchos brillos en el top, pero jamás esperé que mis sueños se volvieran realidad y uno de esos príncipes azules haya venido a rescatarme del infierno en el que me había sumergido por mi propia cuenta.

—Estás temblando —Mi mamá exclamó, ella estaba sosteniendo mi mano con fuerza, brindándome un increíble apoyo moral. —Es tu boda, nena. Necesitas disfrutarla y de este modo no lo harás.

—Estoy disfrutándolo, mamá —Contesté con una sincera sonrisa. — ¿A caso no lo ves? Todo con lo que siempre he soñado, está saliendo a la perfección. Tengo al hombre ideal esperando por mí en aquella iglesia, tengo a toda nuestra familia unida y tendré la boda de ensueño. ¿Por qué razón no debería estar disfrutando de este momento? Me siento a punto de explotar, he esperado por esto por toda mi vida y...