daddy ; luke hemmings [1]

012.

Me quedé boquiabierta al notar el gran tamaño de nuestra habitación, todo era el doble de grande que en mi apartamento. Dejé que mi maleta cayera sobre el piso mientras daba vueltas alrededor del cuarto, observándola, a simple vista parecía ser perfecta para ambos.

— ¿Qué opinas? —Daddy me preguntó, le respondí con una enorme sonrisa. — ¿Te gusta?

—No puedo esperar a que sea de día, realmente no —Chillé con emoción, abrazándolo para luego depositar un beso en sus labios.

—Yo no puedo esperar a verte en un bikini —Él bromeó, alzando una ceja.

—Ya me has visto en ropa interior —Respondí, quitándome mis zapatos para luego recostarme sobre la cama. —Sé que probablemente tienes ganas de que tengamos sexo pero estoy muy cansada para eso, daddy. Sólo quiero dormir y dormir.

—Está bien —Él gruñó, cruzándose de brazos como si fuera un niño chiquito. —Pero me deberás un mañanero.

—Mañana en la mañana tendrás tu mañanero —Murmuré mientras me quitaba la playera, quedando en ropa interior. —Pero, ¿Qué pasa si no te doy tu mañanero?

—Bueno... tendré que violarte —Fruncí el ceño, mirándole con una mueca de disgusto. Dejó salir una carcajada, abrazándome. —Era broma, princesa. Sabes que no podría hacer nada si tú te niegas, ¿A qué se debe esa pregunta?

—Quiero saber qué harías si algún día llegara a dolerme la vagina —Respondí sin vergüenza, dejando salir una carcajada. —Te quiero mucho, daddy. Espero que tengas unas buenas noches.

—Las tendré porque tú estás aquí conmigo, preciosa —Sonrió, dejando un corto beso en mis labios. —Descansa bien, mañana será un día bastante largo.

[***]

Desperté y Luke continuaba dormido, sonreí mientras me inclinaba para dejar un beso en sus labios a la espera de que él despertara. Me sorprendió en cuanto se aferró a mí con fuerza, una vez más él me engañó fingiendo que estaba dormido.

— ¿Por qué nunca puedo despertar antes que tú? —Pregunté, haciendo un puchero con mis labios. —De todos modos, buenos días. ¿Qué tal estuvo la noche?

—Porque soy un hombre mayor que despierta diariamente temprano, ¿Y porque mi cuerpo se ha acostumbrado a hacerlo? —Dejé salir una risita, mordiendo mi labio mientras sus ojos azules penetraban los míos. La mirada de Luke hacía que me sintiera pequeña, como una diminuta cosa frente a algo inmenso, algo devastador como un huracán. —Mira, extiende tu mano que quiero enseñarte algo que descubrí hace unos minutos.

Obedecí, dándole mi mano. Luke me guió debajo de las sábanas, dónde rozó su miembro sobre la tela de los bóxers que le cubrían.

— ¿Lo ves? —Alcé una ceja, colocándome sobre él. Dejé mis piernas a los costados de su cuerpo y le sonreí, inclinándome para besarlo. —Daddy necesita a su princesita. Daddy lo necesita mucho.

—Entonces podemos hacerlo ahora —Sonrió, deslizando hacia abajo mis bragas con una de sus manos mientras que con la otra me sostenía hacia arriba. —Pero no debes dejarme chupetones, a tu madre no le gustan...

— ¿Desde cuándo importa lo que mis padres piensen? —Él volcó sus ojos burdamente, me moví hacia atrás rozando mi pelvis con la de Luke. —Todo el mundo sabe que las parejas tienen sexo, si no lo tuvieran... ¿Cómo fue que nací yo? ¿Cómo fue que nacieron mis hermanos? Mis padres son dos aburridos.

—Pero de todos modos, no chupetones porque se ven feos y cuesta mucho cubrirlos con maquillaje —Supliqué, brindándole mi mirada de perrito abandonado. —Por fis, daddy.