Cleo y yo decidimos que la mejor solución a nuestros problemas sería tomarnos unas pequeñas vacaciones con nuestros hijos, mantenernos alejados de todo el drama mientras los abogados se encargan de las demandas hacia Emily por todos sus dichos. Me atrevo a decir que no puedo esperar para visitar las bellísimas playas de Cuba y, estoy muy feliz de que Samuel esté dándose una oportunidad para acompañarnos en estas vacaciones y superar todos sus problemas con las drogas y continuar con su vida de ídolo adolescente (a pesar que se encuentre en sus veintitantos).
Nuestro vuelo sale mañana por la tarde, estaremos unas cuantas horas en el aeropuerto de Vancouver hasta llegar a la ciudad de La Habana para realizar un recorrido en automóvil hasta Varadero, nuestro precioso destino. Pero tenemos un pequeño evento antes de partir a nuestras semanas en el paraíso caribeño, Cleo ha sido invitada a una reunión con sus ex compañeros de secundario y me negué a que ella se pierda una oportunidad tan grande para restregarles por todo el rostro lo lejos que ha llegado y lo bellísima que se ve.
La observo por unos largos minutos mientras se prepara para la cena y me es imposible no sonreír de oreja a oreja. Ella es alta, pero no demasiado, sus piernas son un maldito paraíso debajo de aquellos ajustados pantalones de cuero rojo y estoy tratando de no inundar la habitación con mi baba al notar como sus pechos se realzan debajo del top de encaje que lleva puesto; lleva su cabello suelto y su maquillaje consigue que su belleza se vea natural, Cleo se coloca una de mis chaquetas de cuero por encima de los hombros y voltea a verme. Me tomo unos segundos para meditar si debería besarla o no, pero ahora mismo no me interesa el brillo labial, lo único en lo que puedo pensar es en lo feliz que me siento en la compañía de mi chica.
—Luces bellísima, princesa —Murmuré antes de volver a besarla. —Eres hermosa y eres completamente mía, ¿Lo sabes?
—Lo sé y siempre será de esta manera, daddy —Ella me obsequió una amplia sonrisa, besó mi mejilla con lentitud y continuó colocándose los aretes. — ¿Los niños están dormidos?
—Así es, se han quedado dormidos con Samuel —Repliqué, deslizando mis manos por toda su delgada figura. — ¿Estás lista?
—Así es —La rubia contestó, tomando su teléfono y el pequeño bolso que le obsequié unos meses atrás. — ¿Hemos dejado suficiente comida para los niños y Sam? ¿Crees que estarán bien?
—Ni siquiera hemos salido y ya estás como loca —Exclamé entre risitas, dándole un corto masaje. —Relájate, tu hermano podrá cuidarlos y regresaremos temprano. A veces pienso que su amor por nuestros hijos es mayor que el que siente por sí mismo, ¿Crees que él permitirá que algo malo les ocurra?
Negó con su cabeza, dejando salir un suspiro. Ella entrelazó sus dedos con los míos a medida que nos hacíamos paso hacia el garaje de nuestra propiedad frente a las costas de Bronte, estuve unos cuantos minutos titubeando sobre cuál de todos los automóviles sería mi elección del día, hasta que ella tomó la iniciativa y cogió las llaves de su Ferrari rojo. No podría estar más enamorado de esta mujer.
—Necesitamos mantenernos al margen —Cleo se encogió de hombros, solté una risotada al notar su malvada sonrisa y me digné a subir al automóvil. Las puertas se abrieron y nuestras manos continúan entrelazadas, el sol está escondiéndose en el horizonte, dándole paso a la oscuridad. —Hemos escogido el momento adecuado para estar juntos, ¿Qué sería de mí si no estuvieras conmigo para ver cada atardecer?
—Estarías aburrida —Reí, plantando un beso sobre sus nudillos. —Te amo, Fitz. ¿Sabes qué sería de mí si no te hubieras aparecido en mi vida? Sería polvillo.
—También te amo, aunque eres un idiota y siempre me empalagas con tus palabras cursis —Ella se inclinó para besar mi mejilla. —Pero, de este modo, aunque me des diabetes y náuseas... te amo.

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daddy ; luke hemmings [1]
Fanfiction❝-Yo seré tu peor pesadilla si no haces lo que te digo -Murmuró de la forma más calmada del universo, como si aquello no significara nada para él. -Te daré lo que quieras, puedo hacer que toques el cielo con las manos... pero no tendré miedo de hace...