daddy ; luke hemmings [1]

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Acomodé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y encajé mis pies dentro de mis tacones favoritos de Louboutin, me coloqué un precioso collar que Keyla me obsequió en mi previo cumpleaños y le sonreí a mi reflejo. Llevaba puesto un vestido rojo con cola de sirena, un profundo escote en forma de corazón que realza mis pechos y algunos bonitos detalles en la espalda.

Estábamos a menos de dos semanas de nuestra ceremonia de bodas y, los preparativos nos tenían estresadísimos, pero siempre es bueno darse un momento para celebrar un momento así de grande con las personas que más amas. Hemos quedado en que cenaríamos junto a las dos familias en un restaurante de lo más elegante y exótico para celebrar nuestra boda, ensayarla y repasar cuál sería el papel de cada integrante. ¿Pueden creer que nuestra cuenta final de invitados ha sido de doscientos cincuenta y nueve? ¡Porque aún no me lo he podido creer!

Le supliqué a Matheo que se quedara quieto con su juguete preferido mientras me encargaba de vestir a su hermanito, porque de lo contrario, las cosas se me harán imposibles y acabaré dejándolos en ridículo. Abotoné su adorable camisa y ajusté su pequeño chaleco para que pudiera verse el moño que le obsequié, Eric odiaba que peinara su cabello pero ahora mismo no tenía otra opción vigente. Theo, por su parte, lleva unos pantalones de vestir azules, una camisa blanca y un blazer de lo más mono. He creado a los seres humanos más bellos del universo, los gemelos Hemmings serán los rompecorazones de su escuela.

—Luces preciosa —Luke me sorprendió, abrazándose a mí con fuerza sin que pudiera notarlo. Él plantó un beso en mis labios y colgó su blazer sobre su hombro izquierdo. — ¿Estamos listos? ¡Mira que monos son! Necesitamos llevarlos a una agencia de modelos, tienen mucho futuro.

—No lucraré con los rostros de mis hijos —Me quejé, encogiéndome de hombros. Tomé mi bolso de mano y el teléfono, junto con algunas otras cosas importantes para los niños. —Si ellos quieren ser modelos, dejaré que opten por esa carrera cuando tengan una edad razonable para tomar decisiones por su propia cuenta.

— ¿Cuándo fue que te has vuelto tan sobreprotectora? —El rubio se rió, cargando en sus brazos a los gemelos. Este momento necesita una fotografía, no puedo moverme de aquí sin tener una fotografía de mis tres rayitos de luz. — ¿Qué ocurre?

—Necesito que sonrías para que pueda capturar este momento en mi teléfono —Expliqué, obligándolo a pararse frente a mi cuadro preferido. Detuve el instante en una imagen de alta calidad, posteándola en Instagram. — ¡Son preciosos! ¿Qué he hecho para merecer a un hombre así de bello y a dos hombrecitos más pequeños de lo más adorables? Eres un sueño, Hemmings. Ustedes son un sueño... mi sueño, mí todo.

—Nosotros somos los afortunados al tenerte en nuestras vidas —Luke exclamó, besándome en los labios. Él se dirigió hacia el garaje, depositando a los niños en sus sillitas en la parte trasera de su range rover; se aseguró de que nada fuera a salirse de su sitio y se montó al asiento delantero, encendiendo el motor. — ¿Estás lista? ¿Necesitas ayuda?

—No, estoy bien —Contesté entre risas, hice un esfuerzo monumental para que mi vestido no se enganchara en una de las puertas y me acomodé sobre el asiento del copiloto, atrayendo hacia mí la extensa cola de mi vestido. —Nunca volveré a utilizar algo así de largo, se siente más incómodo que la mierda.

—Lo único largo que necesitas en la vida es mí...

— ¡Luke Robert Hemmings! —Chillé, interrumpiéndolo. Mis mejillas comenzaron a teñirse de rojo, él estaba riendo a carcajadas por mi repentina reacción y burlándose de mí. —No debes hablar así frente a los niños, lo último que necesito es que repitan esas palabras frente a algún familiar o desconocido.