daddy ; luke hemmings [1]

076.

Mis jadeos incrementan en cuanto él desliza sus gruesas manos desde mis pechos hasta mis muslos, atrapa mi labio inferior entre sus dientes y lo estira suavemente, consiguiendo que gimotee su nombre. Hay una sonrisa dibujada en el rostro de Luke, aquella que acostumbra tener cada vez que vamos a follar; su azulada mirada se conecta con la mía, me siento invadida en cuanto daddy me toma por las caderas y me coloca encima del lavabo.

Traigo puesto mi traje de baño así que le resulta fácil deshacerse de la parte superior, su lengua roza el aura de mis pezones e instantáneamente me estremezco. Él succiona la zona próxima a estos, dejando unas tenues manchas rojas. Estoy sonriendo como idiota desde que me despertó de esta manera. Tiro de la playera de daddy, dejando a la vista su pecho, y es mi turno de diversión.

Me tomo unos instantes para verlo a los ojos, tan azules, tan pacíficos, tan hermosos y tan característicos de los Hemmings (esto incluye a Eric y Theo). Deposito unos cuantos besos sobre las clavículas de Luke, mis dedos rozan la tela que cubre su miembro y no dudo en jalar del elástico de sus bóxers; daddy acaricia mi cabello, dándome la iniciativa para tomar su pene y masajearlo con ayuda de mis manos y lengua. Él echa su cabeza hacia atrás, los gemidos inundan el cuarto de baño y agradezco que los niños estén divirtiéndose con el club infantil, porque de no ser así, deberíamos estar cubriéndonos a cada maldito instante para evitar ser descubiertos por las criaturas más preciosas y curiosas sobre este mundo.

—Demonios, gatita —Él gimoteó, jalando de mi cabello con fuerza y se apartó por unos instantes. Luke me besó en los labios y arrastró mi cuerpo hacia el colchón, en el cual me dejó caer como si fuera un costal de papas. Reí a carcajadas en cuanto daddy hizo cosquillas en mi vientre con su cabello, pero éstas fueron interrumpidas por mis propios gemidos en cuanto su lengua invadió cada rincón de mi intimidad.

Lo siguiente fue que daddy se posicionó en medio de mis piernas, me pidió algo de ayuda para colocarse el condón (a pesar que se veía molesto por tener que utilizarlo) y me embistió con lentitud. Sus manos estaban sobre mis mejillas mientras yo tendía a sonreírle como idiota, ¿Es posible estar tan enamorada de un hombre? Claro que sí, es posible, el amor existe y es la fuerza más poderosa que hay sobre el planeta tierra, mucho más fuerte que el odio y la ira y yo la he conocido gracias a Luke Robert Hemmings un tipo con algunos años más que yo.

Daddy se dejó caer junto a mí luego de depositar un corto beso en mis labios, noté que estaba inspeccionándome con detenimiento así que cubrí mi cuerpo con una manta sobre el colchón. Él sonrió y sus labios volvieron a rozar los míos, haciéndome sentir que él está allí para mí y que estará por el resto de nuestros días porque esa ha sido la promesa que nos hemos hecho el día que decidimos casarnos. Siento muchas ganas de llorar al recordarlo sosteniendo aquella guitarra, cantando aquellas melodías para mí con su preciosa voz.

— ¿Cuándo fue que llegamos tan lejos? —Pregunté al borde del llanto, él me observó con preocupación y apartó las gotas que se derramaban a través de mis ojos. —Siento llorar por esto, pero me siento tan feliz de estar aquí contigo, de haberte escogido por encima de los demás, de haber rechazado a Alex y regresado contigo... el maldito amor de mi vida.

—No llores, princesita —Luke se aferró con fuerza a mi cuerpo, posicionó sus labios sobre mi frente y sentí como si estuviera a punto de derretirme por cada movimiento que él hace. —Te amo con todo mi corazón, Fitz. ¿Recuerdas todas las veces que dijeron que no funcionaríamos? Recuerdo todas las malditas veces en las que mi familia dijo que eras una simple niña y que yo estaba obligándote a crecer. Pero todos ellos se tragaron sus propias palabras luego de que nos casáramos, todos ellos cerraron el hocico en cuanto tuvimos a Eric y Matheo... hay tantas cosas por hacer y estoy seguro de que juntos podremos, porque tú eres mi maldita fuerza, a tu lado me siento como un jodido emperador... contigo aquí, a mi lado, nadie puede lastimarme.