Miro hacia la pared de enfrente por undécima vez. Estamos en una biblioteca, ¿Por qué hay gente golpeando la pared?
Respiro hondo antes de volver a mirar mis apuntes. Los golpes en la pared cesan, permitiéndome estudiar con tranquilidad. Por desgracia, los ruidos empiezan a sonar de nuevo.
Doy un golpe en la mesa, decidiendo en ese mismo instante que seré yo la que pare a quién quiera que esté actuando como un salvaje en la biblioteca. Lo primero que hago es recoger mis cosas, y una vez tengo todo guardado en la mochila camino hacia la puerta que me llevará a la sala donde están dando los golpes.
Según me voy acercando, me doy cuenta de que quizás haya sacado las cosas de proporción. Ahora que no tengo unos apuntes delante, pienso que quizás estén instalando ordenadores nuevos.
Una vez llego a la puerta, la abro con cuidado. Asomo la cabeza, y frunzo el ceño al no ver a nadie. La habitación está vacía, aunque sí que hay libros y sillas tiradas por el suelo.
—¿En serio? —Me quejo terminando de abrir la puerta.
Paso a la habitación y camino un par de pasos esquivando los libros.
—No, si ahora me estaré volviendo loca. —Susurro cruzándome de brazos.
Paseo la mirada, y no tardo en darme cuenta de los arañazos de garras que hay en la pared. Doy media vuelta y ando hacia la puerta para salir de ahí.
—Oh, ¿pero qué tenemos aquí?
Me paro en seco, y después me giro para ver quién es la persona que me está hablando.
—Creo... Creo que todavía no es Halloween. —Digo mirando al hombre de arriba abajo.
Él no me contesta, simplemente se acerca a mí. Levanto su mano y, con cuidado, coge un mechón de mi pelo. Me quedo quieta, horrorizada.
No solo este hombre va disfrazado de una especie de bestia, u hombre lobo, sino que también es un rarito que se cree que puede tocar mi pelo.
—Estaba estudiando. —Hablo de nuevo. — Yo ya me iba.
—¿Irte? —Pregunta en un susurro. — ¿Ahora?
Asiento lentamente, lo que hace que mi mechón de pelo se le escurra de los dedos. Él no parece darse cuenta, ya que deja su mano en la misma posición que antes.
—¡Déjala!
Desvío mi mirada del hombre, y al ver a Scott, siento un alivio enorme. El señor se gira para mirarle, ahí es cuando aprovecho para alejarme de él. Pero es más rápido que yo, y me agarra del antebrazo clavándome sus uñas, o garras... O lo que sean.
Intento soltarme, aunque se ve que no le hace gracia que lo haga, ya que me tira contra la pared.
Me golpeo la cabeza junto a la espalda, después caigo al suelo. Me incorporo hasta que puedo sentarme. Llevo una de mis manos a la nuca, y al volver a mirarla, veo sangre.
—Oh, Dios mío. —Susurro.
Levanto la mirada justo a tiempo para ver como el hombre sale volando hacia mí. Grito, apartándome de él. Gateo hasta mi mochila, y busco mi móvil. Cuando lo encuentro, empiezo a marcar el número de la comisaría.
—Necesito ayuda. —Digo una vez me contestan. — Hay... Scott... No sé lo que está pasando, hay una pelea en la biblioteca.
La persona con la que estaba hablando me hace una serie de preguntas que empiezo a contestar hasta que veo como el hombre salta por la ventana voluntariamente, huyendo de Scott.
—Se ha ido, ha saltado por la ventana. —Interrumpo a la persona.
Dejo el móvil en el suelo para poder levantarme del suelo como puedo y corro hacia la ventana, bueno, al menos lo intento. Cuando llego, veo que el hombre va cojeando. Se aleja de la biblioteca con un paso rápido.
Me giro para buscar a Scott. Anda hacia mi, y cuando llega a mi lado, pone sus manos en mis mejillas. Inspecciona mi cara, buscando algún rasguño.
—Estás bien. —Afirma. — Te quiero.
Abro la boca para contestar a lo que acaba de decir, pero no estoy segura de haberle oído bien. ¿Ha dicho que me quiere?
—¿Por qué se mueven tanto las cosas? —Pregunto.
La habitación tiembla, aunque los libros que siguen en las estanterías no se caen.
—Oh, definitivamente tenemos que ir al hospital. —Dice cogiéndome en brazos.
Empieza a caminar hacia la puerta.
—Pero tú también estás herido, no sé ni cómo puedes mantenerte en pie.
—No te preocupes por mí.
Mi mirada se cruza con la mochila.
—¡Mis apuntes! —Grito intentando tirarme hacia ellos.
—Tranquila, yo te los llevaré a casa. —Contesta sujetándome más fuerte.
—Vale. —Susurro.
Él sigue caminando hasta que salimos de la biblioteca, entonces, recuerdo lo que ha dicho.
—Scott. —Llamo su atención. — ¿Me quieres?
Tarda un par de segundos en contestarme, pero no deja que la pregunta se la lleve el viento.
—Sí.
—Yo también te quiero. —Digo sonriendo, y quizás, también poniéndome bizca, porque después todo se volvió negro.
Me había desmayado.
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I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]
FanfictionI m a g i n a s. Los imaginas que tengan """ al final del título significa que no están editados. Si un imagina tiene en el título "[AVISO]" significa que puede tratar de un tema sensible para algunas personas, por favor leer el aviso y después dec...