Vikings Imagina. (Ivar) #3

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Gritos, caos, barro, sangre, fuego. 

Me levanto del suelo e intento pensar con claridad. Veo a gente que conozco luchar, a otros les veo caer al suelo para no volver a levantarse. 

Me defiendo hasta que no puedo más. Ayudo a toda persona que puedo pero es en vano. Hemos perdido. Mi pueblo, mi gente, ya no existe y los que quedamos ya no somos nadie.

A las personas que hemos sobrevivido nos llevan como esclavos. Tardamos un par de días andando, por supuesto ellos iban a caballo, antes de llegar al lugar de donde ellos venían. Pronto aprendí que era Kattegat. 

Estuvimos varios días encerrados, a la espera de saber qué harían con nosotros. 

Finalmente, nos cogieron y nos llevaron a una gran sala. Allí había bastante gente. Una vez hube analizado a las personas que había, decidí hablar. 

—Soltadme. —Me quejo. —Quiero luchar por mi libertad. 

Los rumores, las historias vuelan y sabía a quién me enfrentaba. Los hijos del mismísimo Ragnar. 

Mis palabras hacen que la sala se quede en silencio. Todos se giran para mirarme, y yo sin dejar que sus miradas me intimiden, me levanto. 

—¿Luchar? —Pregunta Ivar. — ¿Por tu libertad?

Asiento sin mostrar miedo. 

—Vale. —Dice Ivar con una sonrisa. 

—¿En serio? —Pregunta Ubbe. 

—Sí. —Le contesta Ivar. — Si ganas eres libre.

—No. —Le interrumpo. — Si gano no solo quiero mi libertad, quiero un techo bajo el que dormir, aquí en Kattegat. 

—Está bien, pero si pierdes, tendremos la opción de matarte o dejarte como esclava. —Termina de hablar Ivar. 

Vuelvo a asentir y extiendo los brazos para que me quiten las cuerdas que mantienen mis manos atadas. 

—¿Con quién voy a luchar? —Pregunto levantando la mirada.

Los Ragnarsson se miran entre ellos, y el que sale hacia delante es Ivar. Con la misma sonrisa de antes, habla. 

—Contra mi. 

Le miro de arriba abajo disimuladamente. Tengo que tener cuidado y no confiarme por el simple hecho de que Ivar no pueda mantenerse en pie. 

Nos dejan elegir lo que queramos utilizar para la pelea y pronto estamos lanzando ataques. No sé cuánto tiempo pasa antes de que me dé cuenta de que si gano estoy muerta. Ivar no va a dejarme viva sabiendo que le he humillado al ganarle. Mi única opción es dejar que me gane y a partir de ahí que los Dioses decidan mi destino. 

Lanzo un ataque y tardo lo suficiente como para que Ivar lance uno y me tire al suelo. En pocos segundos le tengo encima, con su cuchillo en mi cuello. 

Ivar se quita de encima y me mira. 

—¿Qué vas a hacer con ella, hermano? —Pregunta Ubbe. 

No aparto la vista de Ivar. 

Él sonríe y antes de dejar de mirarme habla. 

—Será mi esclava. 

Pasan varios días, los cuales son tranquilos. Nadie más intentó desafiar a los hijos de Ragnar. Probablemente piensen que estoy loca y que tengo los días contados. No soy libre, pero al menos tengo un techo bajo el que vivir. 

Pronto noto una presencia detrás de mi. Antes de poder levantarme, alguien me agarra del pelo y tira de mi hacia atrás. 

—¿Creías que no me iba a dar cuenta? —Pregunta Ivar. 

—No sé de qué estás hablando. —Le contesto. 

Me suelta del pelo y se pone delante de mi. Sus expresiones faciales son una mezcla de enfado y curiosidad. Hasta diría interés, pero con Ivar nunca se sabe. 

—Me dejaste ganar. —Habla de nuevo. — Y eso no me gusta. 

Le miro fijamente.

—Tuve mala suerte. —Digo finalmente. 

Ivar se ríe y niega con la cabeza. 

—Eres astuta. —Dice. — Pero recuerda quién manda y por qué estás viva. 

Me callo, no queriendo interrumpirle. Con estas palabras me quita de un golpe la idea de matarle mientras duerme. 

—Vamos a pasar unos ratos muy divertidos, (A/N). —Susurra Ivar antes de irse. 

Me quedo mirando como se va. 

Es la primera vez que pronuncia mi nombre. Nunca me había llamado por mi nombre, siempre esclava o chica. 

Noto un escalofrío recorrerme la espalda. 

No sé si quiero saber lo que esas palabras significan, aunque muy dentro de mi cabeza sé lo que quería decir. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora