I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]

Vikings Imagina. (Ivar) #6

Camino con paso lento, mirando una a una a las personas que tengo delante. Muchos de ellos morirán y unos pocos vivirán. 

Sonrío. 

Todos ellos luchan para mí. Morirán por mí. Jamás me había sentido tan poderosa, ni tampoco tan cerca del trono. 

Ya podía sentir la adrenalina recorrer mi cuerpo. 

Dedico una breve mirada a Ivar, pero dejo de prestarle atención. Tengo que centrarme. Tengo que ganar esta batalla, con o sin Ivar. Al fin y al cabo, él solo es un escalón más para llegar a ser reina.

Para mi gran decepción, la batalla igual de rápido que empieza, acaba. Al menos, he ganado. Hemos ganado. Lo quiera o no, Ivar también ha ganado. 

Miro hacia Ivar, que mea en el trono. 

Pongo los ojos en blanco. Ivar puede ser el mejor estratega que conozco, pero eso no quita lo inmaduro que es. 

Celebramos durante el resto del día. Y, durante el segundo día después de haber vencido a Lagertha, finalmente llega el momento que más estaba esperando. 

Prometí ayudar a Ivar si él prometía hacerme reina. Aunque él no sabe que ese es mi objetivo principal. Lo que él cree es que, para mi sería un honor ser la esposa del gran Ivar. Él, como un iluso, se lo creyó. 

Ivar llama la atención del resto de personas que están esparcidas por la sala. 

—Silencio. —Ordena. — Tengo algo que anunciar. 

Todos se callan, mirando expectantes a su rey. 

—Kattegat tendrá una reina. —Continua hablando. 

Evito sonreír, esperando a que siga hablando. Ivar se gira para mirarme, y me ofrece su mano. Yo la acepto mientras me levanto. Me pongo a su lado. 

—Os presento a vuestra futura reina. —Anuncia. — (A/N) Tryggvason. 

Sonrío triunfante, aunque para la mayoría es una sonrisa de felicidad. 

Tras este anuncio, un nuevo festejo comienza, y todos nos dan la enhorabuena por nuestro enlace. 

La vida con Ivar no es fácil. Es testarudo y arrogante. Tardó poco en darse cuenta de que yo soy igual de testaruda que él. 

Nuestras discusiones casi nunca llegan a un final en el que ambos estemos contentos, por no decir que la mitad de las veces acabamos con un cuchillo cerca de nuestras gargantas. Como ahora. 

—Mi rey. —Digo manteniendo el cuchillo firme cerca de su cuello. 

Ivar se ríe. Una risa sin ganas. 

—Mi reina. —Contesta con el mismo tono que el mío. 

—No es que quiera soltar el cuchillo, pero nos esperan. 

Sin dejar de mirarnos a los ojos, bajamos a la vez los cuchillos. Noto como la presión del cuchillo en mi cuello desaparece. Podríamos habernos pasado horas así hasta que alguien nos interrumpiese, pero hay que prepararse para la batalla. 

Durante el camino, viajo junto a Ivar. Ambos en silencio. Nos dedicamos alguna muestra de afecto por el simple hecho de aparentar. Tras varios meses casados, Ivar se dio cuenta de que nuestras personalidades eran demasiado parecidas, lo que hace que haya constantes insultos y provocaciones por parte de los dos. 

Él quiere demostrarme quien manda. A veces dejo que gane. Ivar podría quitarme el título de reina si quisiera, pero con las muestras de afecto y las palabras adecuadas, le tengo atado a mi. 

—¿Preparada, mi reina?

Miro a mi esposo con una sonrisa. 

Las batallas siempre me ponen de buen humor. 

—Nací preparada, mi rey. —Contesto. 

Ivar sonríe y se acerca a mí. 

Me besa. Le beso. 

Cuando nos separamos, Ivar da su discurso y la batalla comienza. 

He tardado MUCHO en escribirlo, perdóname. Espero que te guste.