The Vampire Diaries Imagina. -Primera parte. #1

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1864.

Gracias a la luz de la luna me resulta fácil caminar por el bosque. Ando en silencio, mis hermanos no saben que les estoy siguiendo. 

Ambos habían salido de casa después de que nuestro padre se fuese furioso. Los tres hablaban de los monstruos que hay en nuestro pueblo.

Me paro detrás de un árbol para poder ver lo que hacen. Stefan corre hacia un lado, mientras que Damon corre hacia el otro. Se esconden, esperando a que los hombres que vigilan el carro se vayan. Cuando lo hacen, Damon es el primero en acercarse y darle un puñetazo al único hombre que se había quedado junto al carro. Stefan no tarda en salir de su escondite para reunirse con Damon.

Del carro sacan a una mujer, me fijo mejor y me doy cuenta de que es Katherine.

Oigo un disparo, y con miedo me agacho. Veo como Damon cae hacia atrás. Me llevo las manos a la boca para no gritar. Alarmado, Stefan se agacha para coger una escopeta, pero antes de que llegue a tocarla, recibe un disparo. Él también cae al suelo.

Espero a que se levanten e intenten huir de allí, pero no lo hacen.

Los hombres de antes se acercan al carro, ignorándoles. Cogen a Katherine y la meten de nuevo en el carro. Entre los hombres, reconozco a uno.

Mi padre espera a que el resto se suban al carro y una vez lo hacen, mira a sus dos hijos durante unos segundos. No tarda en darles la espalda y subir al carro, abandonándoles en el bosque.

Cuando el carro desaparece de mi campo de visión, corro hacia Stefan y Damon.

Me limpio las lágrimas de los ojos para poder ver bien. Les llamo y les zarandeo, pero no responden. Tampoco se mueven.

Mis hermanos están muertos.

Mi padre tenía razón, hay monstruos en nuestro pueblo. Ellos son los monstruos y no las personas a las que se han llevado.


1870.

No puedo evitar sonreír cuando veo a Max. Le saludo con la mano mientras me acerco a él. Lleva su pelo rubio bien peinado como todas las veces que nos hemos visto.

—Te he echado de menos. —Dice una vez llego a su lado.

—Yo también.

Max me da un beso en la mejilla, y yo aprovecho para darle un abrazo. Él me abraza con fuerza, y sin soltarme, habla.

—¿Estás bien?

Asiento varias veces, ya que no estoy segura de poder contestar a su pregunta sin que mi voz suene triste.

Hoy hace seis años que perdí a mis hermanos. Antes era demasiado pequeña para irme y no tenía a nadie, pero ahora ya no estoy sola. Tengo a Max.

—Terra. —Murmura Max cogiéndome de las manos. — ¿Sigues queriendo venir conmigo?

—Sí. —Contesto. — Mañana estaré esperándote en nuestro árbol, más te vale encontrarte allí conmigo.

Max se ríe ante mi intento de sonar autoritaria. Me besa antes de abrazarme de nuevo. Esta vez me levanta del suelo y gira una vez sobre sí mismo, lo que hace que yo me ría.

—Te quiero. —Susurra en mi oído. — Mañana nos vemos.

...

Me tumbo sobre mi cama, nerviosa. Quiero que sea de día para irme con Max. Suspiro girándome para estar tumbada de costado. Solo tienen que pasar unas cuantas horas más, y entonces seré libre.

Me incorporo lentamente hasta estar sentada al borde de la cama. Oigo ruidos en la planta baja. Seguramente mi padre vuelva a estar borracho.

Cansada, me levanto y bajo por las escaleras sin hacer ruido. Me asomo por la puerta, y lo primero que veo es a mi padre tirado en el suelo. Alguien está encima de él. Mi mirada se dirige al suelo, donde se está formando un charco de sangre.

Ando hacia atrás, incapaz de apartar la mirada de ellos. Me choco con algo, haciendo que una de las figuras que hay en la mesa caiga al suelo. La persona que estaba de rodillas, levanta la mirada, pero antes de que se gire, salgo corriendo.

En ningún momento miro hacia atrás. Cuando veo la casa en las que tantas veces he pasado las tardes, llamo a la puerta con fuerza. No dejo de golpear la puerta hasta que Max abre. Entro en su casa, ignorando su cara de confusión.

Me giro, y para mi suerte, lo único que veo es la calle vacía.

—¿Qué pasa? —Pregunta preocupado.

Max me mira, intentando ver si estoy herida. Niego con la cabeza antes de abrazarle. Cierro los ojos cuando noto sus brazos apretándome con fuerza.

Temo soltarle, ya que ahora que analizo lo que he visto, creo haber conocido a la persona que ha atacado a mi padre. Se parecía tanto a Stefan, que podría volver corriendo a mi casa para ver si sigue allí. Pero sé que no puede ser él. Murió junto a Damon. 



Vamos a imaginarnos que nuestros hermanos (vampiros) favoritos tienen una hermana. 

Primera parte de cuatro que hay en este imagina. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora