I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]

Narnia Imagina. (Peter Pevensie) -Segunda parte. #2

El camino a la guarida de los Narnianos es tedioso. Hay que esconderse, vigilar que no nos vean y tener cuidado. Durante los siguientes días intento no separarme de Caspian, pero siempre que estamos cerca de Susan intento dejarles a solas. Eso implica que si Susan está con alguno de sus hermanos, yo me dedico a hablar con ellos.

Y, básicamente, por eso me encuentro en esta situación.

—¿Cómo es vuestro mundo? —Pregunto a Peter.

Él me dedica una mirada corta.

—¿Importa eso?

Asiento con energía. Estar tan cerca de él me pone nerviosa, todavía tengo nuestra primera interacción fresca en la memoria.

—Está bien...

Peter empieza a hablarme sobre su mundo. Le presto atención, comentando o preguntando cada vez que me surgen dudas.

Y así, sin darme cuenta, ya no hablaba con Peter porque quería que Caspian se quedase a solas con Susan, sino porque yo quería estar a solas con Peter.

Llegamos a la guarida al tercer día de haber emprendido la marcha. No teníamos tiempo de descansar, había muchas cosas que hacer y planes que pensar.

Al principio Caspian era el que estaba al mando, pero tras la llegada de los Reyes, Peter es el que manda junto a sus hermanos. Este cambio no le gustó mucho a Caspian, pero lo aceptó. Ambos habíamos oído las historias sobre ellos, y la verdad, les respetábamos.

—Tierra llamando a (A/N)...

—Hola, Lucy. —Saludo. — ¿Qué te trae por aquí?

—Te he visto algo sola, y he pensado que te vendría bien tener compañía.

—Gracias. —Digo sonriendo.

Lucy y yo empezamos a hablar. Ella me cuenta anécdotas graciosas, y yo le cuento historias de cuando era pequeña.

Nos reímos sin poder evitarlo ante lo que le acabo de contar.

—¿Qué es tan gracioso? —Pregunta Peter acercándose a nosotras.

—Cosas de amigas. —Contesto. — ¿Verdad, Lucy?

—Sí. —Dice ella sonriendo.

Peter se sienta al lado de Lucy, dejándola en el medio. Hablamos de todo y de nada, hasta que Lucy se levanta.

—Tengo que irme. —Explica. — Se me ha olvidado que tengo que... Hacer una cosa.

Lucy me dedica una de sus mejores sonrisas, y cuando se pone de lado para que solo su hermano la vea, le guiña un ojo.

Peter y yo nos quedamos solos, sentados uno al lado del otro. Quedan un par de días antes de que estemos preparados para llevar a cabo su plan. Llevo queriendo preguntarle desde que lo compartieron con todos, pero no me atrevía a decir nada.

Al menos no hasta hoy, cuando estamos solos y sé que Peter responderá como él, y no como Rey.

—¿No tienes miedo? —Pregunto.

Peter levanta la mirada del suelo para poder mirarme a mí. Al principio no dice nada, solo me observa detenidamente sin apartar su mirada de la mía.

—Estoy preocupado. —Contesta.

—Es un plan arriesgado.

—No he pedido tu opinión. —Dice levantándose.

Cuando oigo el tono brusco de sus palabras, lo primero que siento es dolor. Aunque no tardo en enfadarme.

—No necesito que me preguntes para poder decir lo que pienso. —Respondo levantándome.