Los primeros días junto a las primeras semanas fueron difíciles. Me había enamorado de Ubbe, pero él estaba enamorado de otra persona.
Pensé en irme de Kattegat. Abandonarlo todo y empezar de cero en algún otro lugar lejos de la persona a la que quería pero no podía tener. Aunque, gracias a los Dioses entré en razón a los pocos meses.
¿Abandonar mi hogar por un amor no correspondido? No.
Yo soy más fuerte que eso, un corazón roto no va a obligarme a dejar a mi familia. Mentiría si dijese que no sentía un dolor en el pecho cuando veía como Ubbe abrazaba a Margrethe, mentiría si no dijese las veces que deseé ser yo a la que besase.
Empecé a centrarme más en ser mejor guerrera. También me centré en aprender con mi madre a cocinar y a curar heridas, algo que me será útil en un futuro no muy lejano.
Cada mes que pasa me siento más fuerte, más feliz y lo más importante, he vuelto a encontrar mi camino. Atrás dejo el dolor del primer amor. Lo que sentía por Ubbe ahora no es más que un recuerdo.
—Hola, (A/N).
Dejo de afilar mi espada y levanto la mirada, donde me encuentro con Ubbe.
—Hola, ¿querías algo?
—¿No puedo venir a ver a una de mis chicas favoritas?
Vuelvo a levantar la mirada de mi espada. Hace unos meses esas palabras hubieran hecho que mi corazón empezase a latir mucho más rápido de lo normal, ahora, simplemente no siento nada.
—Oh, con que una de tus chicas. —Le contesto.
Él me sonríe antes de hablar.
—Me gustas, quiero hacerte mía.
—¿Tuya? No, gracias. —Continúo afilando la espada.
Sé con seguridad que a Ubbe le han descolocado mis palabras, pero tiene que saber que ya no quiero nada con él. Nada.
—Eso no lo parecía hace poco. —Dice quitándome de las manos mi espada para dejarla a un lado.
Se sienta a mi lado y me mira fijamente, levantando una ceja.
—Lo que para ti es hace poco, para mi es hace años. —Le contesto. — Si me disculpas.
Me levanto, cojo mi espada y me voy, dejando a Ubbe sin palabras. Los siguientes días al suceso, Ubbe hace todo lo posible para, como él dice, enamorarme.
Lanzo otro ataque, pero él lo esquiva con facilidad. Ahora es él el que lanza un ataque y antes de que se dé cuenta le tengo tirado en el suelo.
—Muerto. —Digo quitándome de encima.
Ubbe se levanta y se quita las hojas que se le han quedado en la ropa.
—Sabía que antes eras buena, pero has mejorado mucho.
—Gracias. —Le contesto con sinceridad. — ¿Otra?
—Si después vienes conmigo a dar un paseo.
—Ubbe, ya te lo he dicho, no siento nada por ti. —Digo frunciendo el ceño. — El pasado es el pasado, ahora estamos en el presente.
—Que pena que en el pasado estuvieras enamorada de mi, pero que ahora en el presente yo lo esté y tú no.
—Yo no controlo con quién me enamoro o dejo de enamorarme, Ubbe.
—¿No quieres ni siquiera probar lo que sería estar conmigo, un príncipe?
—Príncipe o no, me da igual. —Le contesto. — ¿Quieres volver a luchar o no?
—Sí.
Cuando terminamos, cada uno se va por un lado. Voy a la zona donde están todos los barcos, donde me encuentro a mi padre.
—Sabía que vendrías aquí después de un entrenamiento. —Dice sin darse la vuelta.
Me siento a su lado.
—¿Soy tan predecible?
—He conseguido un barco, este que ves. —Susurra. — Es para ti, hija mía.
Miro el barco que tengo delante. No sirve para llevar a mucha tripulación, pero si la justa para aventurarse a lo desconocido.
—Gracias. —Digo con una sonrisa de oreja a oreja.
Me lanzo sobre él y le abrazo.
A la mañana siguiente no hay quién me quite la sonrisa de la cara, y cuando me encuentro con Ubbe la sonrisa sigue ahí.
—Vaya, ¿y esa felicidad? —Pregunta sonriendo.
—Ubbe, los Dioses me sonríen, me voy lejos, muy lejos. —Le contesto con entusiasmo.
A él se le quita la sonrisa poco a poco.
—¿Irte? ¿A dónde?
—A explorar. —Digo más tranquila.
—¿Sola? —Pregunta. — Iré contigo.
—Ubbe, no puedes dejarlo todo para venirte conmigo.
—Sí que puedo soy...
—Un príncipe, exacto. —Le interrumpo.— Por eso no puedes irte.
—Claro que puedo. —Me contradice. — Como bien has dicho soy un príncipe, y puedo hacer lo que yo quiera.
—No.
—¿Qué harías si la persona de la que estás enamorada se va? —Pregunta.
Le miro durante unos segundos, recordando todas las veces que se iba y me dejaba para hacer otras cosas más importantes que estar conmigo. Para él, yo era su amiga, para mi él era mi primer amor.
—Dejarle ir. —Susurro.
—Estoy enamorado de ti y no pienso dejarte ir, (A/N).
—Si yo pude dejarte ir, tú debes dejarme ir.
—Es diferente. —Me contesta. — Yo estaba con otra persona cuando tu me amabas, tú ahora no estas con nadie.
—¿Y?
—Pues que entonces no tengo porque dejarte ir. —Sentencia. — Iré contigo.
La verdad es que había pensado en tener una segunda parte pero no pensé que a mucha gente le interesase este personaje.
Muchas gracias a todas las personas que habéis comentado y... ¡Aquí tenéis vuestra segunda parte! Espero que os guste :p
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I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]
FanfictionI m a g i n a s. Los imaginas que tengan """ al final del título significa que no están editados. Si un imagina tiene en el título "[AVISO]" significa que puede tratar de un tema sensible para algunas personas, por favor leer el aviso y después dec...