The Originals Imagina. (Klaus) #1

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2. No estoy aquí para hacer amigos.


Dirijo mi mirada a Klaus. Estoy segura de que si las miradas matasen, yo estaría tres metros bajo tierra. Aunque sabiendo a quién tengo delante, puede que me quede poco tiempo para dejar de respirar. 

—Era obvio que esto pasaría. —Rompo el silencio. Klaus no aparta su mirada de mí, ni siquiera hace un ademán de estar escuchándome. — No estoy aquí para hacer amigos, esa nunca fue mi intención y lo sabes.

Mi último argumento hace que Klaus reaccione. Su respuesta no es lo que me esperaba. Klaus se ríe – es una risa amarga y sin ganas. Cuando se levanta de la silla con un movimiento brusco, yo doy varios pasos hacia atrás. 

—Pero sí has hecho que te quiera. —Contesta. 

Controlo mi respiración, preparándome para responder a sus palabras. 

—¿Seguro? —Cuestiono. — ¿O solo soy un capricho al que crees haber cogido cariño? 

Klaus se gira, dejando de mirarme. 

Durante el último año que he estado viviendo con él nos hemos tratado cordialmente, casi como amigos. Al principio éramos extraños, pero cada día que pasaba avanzábamos paso a paso hasta llegar a conocernos. 

Yo tenía que sobrevivir. No podía dejar que me alcanzasen. Pensé que consiguiendo la confianza de Klaus Mikaelson podría preocuparme por un enemigo menos, pero mi jugada salió mal y ahora estoy enamorada de él. 

—Entonces te vas así, ¿sin más? —Pregunta mirándome de nuevo. 

—Aquí no hay nada que me retenga. —Miento cruzándome de brazos.

—Los latidos de tu corazón dicen lo contrario.

Niego con la cabeza ya que sé que si hablo me temblará la voz y sabrá que estoy mintiendo. No puedo permitirme que sepa que le quiero y que dejarle de esta manera me duele más de lo que él jamás podrá comprender. 

Al no recibir una respuesta, Klaus se acerca a mí. 

—Mi corazón late rápido por miedo a que me mates, no te equivoques. —Miento una vez más. 

—Sabes que jamás te haría daño. —Susurra acercando su rostro al mío. 

Evito mirarle a los ojos. Lo que estoy a punto de decir es algo que jamás le diría si no fuera necesario. 

—¡Te he estado utilizando! —Grito apartándole de mí. — ¿No lo ves? Solo quería tu protección, nada más. 

Mi acción le ha pillado de sorpresa y mis palabras parece que le han afectado. Observo como Klaus deja que sus sentimientos le controlen. 

—¡No! —Grita tirando las cosas que hay en la mesa que tiene a su lado. 

Verle así me hace daño. Pensé que haciéndole creer que no le quiero haría que me dejase ir con más facilidad, pero una vez más estaba equivocada. 

Por mi mente pasa la idea de acercarme a él y abrazarle – decirle que quiero quedarme con él y que quiero saber qué es lo que el futuro nos depara juntos. Pero no puedo. Si me quedo, no solo me harán daño a mí, sino que también le harán daño a él y no puedo permitir que eso ocurra. 

—Tienes que dejarme ir, Klaus. —Suplico. 

Klaus deja de dar vueltas por la habitación y se acerca a mí con paso decidido. Me empuja contra la pared obligándome a mirarle a los ojos. 

—Te conozco. 

—No, solo conoces la parte de mí que he querido que conozcas. —Miento. 

—Quédate. —Susurra. Ahora es él quien suplica. 

—No puedo. —Digo posando mi mano sobre su mejilla. — No puedo, ¿lo entiendes? Tengo que irme porque te quiero y no soporto la idea de que te hagan daño. 

Cierra los ojos y respira hondo. Sin esperarlo se aparta de mí. 

—Quién. —Ordena. 

—Mi aquelarre. —Respondo, ya que sé que negarme solo hará que este momento se alargue más. — Me negué a pasar el ritual que probaría si era digna o no, así que hui. 

—Puedo protegerte. 

—Lo sé, y eso es lo que has estado haciendo. —Respondo. — Pero ya no puedes protegerme. Solo yo puedo hacerlo ahora y por eso me voy.

Klaus me observa en silencio. 

Al principio, antes de enamorarme, su seguridad me daba igual porque yo ya tenía lo que quería – protección. Pero ahora no quiero que le hagan daño y si me quedo, eso es lo que harán. 

—¿Volverás? —Pregunta derrotado. 

—Eres inmortal, Klaus. —Contesto. — Yo no, así que espero que nuestros caminos se encuentren de nuevo. 

Camino hacía él y cuando me paro a su lado hago que me mire. Le dedico una sonrisa sincera de agradecimiento y tras pensármelo, le beso. Quiero que sepa que mis sentimientos son reales. Me aparto de él y ando hacia la puerta. Cuando salgo me limpio las lágrimas de las mejillas. 

Atrás dejo a Klaus para que esté a salvo. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora