Huyo por el bosque. Todavía no me creo que me haya olvidado las balas de plata aún sabiendo la criatura a la que me enfrentaba.
Sin dejar de correr, recuerdo la cabaña abandonada que hay cerca del lago. Cambio el rumbo y me dirijo hacia allí. Si mal no recuerdo, dejé olvidado mi machete la última vez que salí a buscar algún indicio de que el hombre lobo siguiera por la zona.
Abro la puerta de una patada, sin preocuparme de que pueda romperse. Entro con prisa y busco el machete, lo encuentro encima de la pequeña mesa del salón. Lo cojo y al girarme tengo encima al hombre lobo.
Consigo deshacerme de su agarre y me alejo de él unos pasos. Gateo hasta la mesa y me apoyo en ella con el brazo izquierdo para darme impulso y así poder levantarme del suelo.
Noto un dolor intenso en dicho brazo, seguido de un sonido rompedor, el cual es muy probable que venga de mi hueso, haciéndome gritar.
Me despierto cuando alguien me zarandea con cuidado el hombro. Abro los ojos y miro a mi alrededor. Delante de mi tengo a Sam con cara de preocupación.
—¿Estás bien?
Asiento varias veces y me incorporo, pero me cuesta por la escayola del brazo izquierdo.
—Estoy bien. —Digo en alto.
Por el rabillo del ojo puedo ver la figura de otras dos personas. Una de ellas es Cas, y la otra probablemente sea Jack.
Miro a Sam y le dedico una sonrisa cansada.
—Ha sido una pesadilla, no tenéis que preocuparos. —Aseguro. — Gracias.
Él asiente y se levanta de la cama. Camina hacia la puerta y me permito seguirle con la mirada. Como había supuesto, Cas y Jack estaban en el marco de la puerta, y al dirigirse Sam los dos salen de la habitación.
Una vez cierran la puerta, miro la hora en mi móvil, y después me recuesto de nuevo.
Me regaño mentalmente por gritar en sueños, aunque poco puedo hacer cuando tengo este tipo de pesadillas. Estar en el bunker me resulta extraño, y más sabiendo que Dean no está. También es por Jack, el cual nunca había estado antes en mis visitas al bunker.
Sé quién es y por qué está con ellos, simplemente tengo que acostumbrarme a que cuando necesite un sitio seguro en el que dormir varias semanas sin interrupción, ya no estarán solo tres amigos de mi familia, sino que también estará un chico nuevo que ronda mi edad.
Poco a poco, el sueño me vence y vuelvo a quedarme dormida.
Al día siguiente me despierto descansada, no tanto como me gustaría pero es más de lo que he dormido en estas últimas semanas.
Paso a la cocina, y cinco cabezas se giran para mirarme.
—Buenos días. —Saludo sintiendo algo de vergüenza por la mirada de tantas personas centrada en mi.
—Puedo curarte el brazo, lo sabes. —Dice Castiel mirando mi brazo escayolado.
Le dedico una sonrisa sincera.
—Y te lo agradezco, pero prefiero que se cure por si solo. —Le respondo.
Castiel asiente, y yo me siento a su lado, enfrente de Jack y Sam. Mary y Bobby están de pie preparando unas bolsas.
—¿Vais a algún lado? —Pregunto con curiosidad.
—Tenemos una pista. —Dice Bobby.
Sopeso la posibilidad de ir con ellos, aunque con el brazo escayolado no sería una gran ayuda. Por otro lado, no sería la primera vez que participo en un caso con un brazo roto.
—Sobre eso, (A/N)... —Susurra Sam como si estuviese leyendo mis pensamientos. — Es mejor que te quedes, Jack también se queda, así que no estarás sola.
Miro a Jack durante unos segundos y asiento.
—Vale. —Digo al fin.
Sam me mira sorprendido, seguramente pensaría que pondría algún tipo de resistencia, o que me quejaría por tener que quedarme con el hijo de Lucifer.
—Sam, no puedo ir descalza todo el día, y hoy particularmente me está costando abrocharme los zapatos. —Propongo mirándole directamente a los ojos.
Me levanto de la silla después de haber terminado de comer la tostada que tenía en el plato, y como prueba, le enseño que voy andando descalza.
—Ahora vuelvo. —Asegura él mirando al resto. — No tardo nada.
Los dos nos dirigimos a mi habitación. Le señalo mis zapatos y me siento en la cama. Sam se acerca con ellos y los pone delante de mis pies. Cuando va a ponérmelos, le paro.
—Habla.
Sam suspira y me mira.
—Le hemos dicho a Jack que se quede para cuidar de ti. —Dice. — No queremos que cuides de él, simplemente que le eches un ojo.
—Bueno, al menos tendré a alguien que se preocupe por mi unos días sin interrupción alguna. —Bromeo. — Estará bien conocer un poco a Jack, parece amable.
Sam asiente.
—Lo es, y no es para nada como su padre. —Me aclara. — ¿Te pongo los zapatos o solo era para hablar a solas?
—Ya que estás ahí agachado, pónmelos. —Digo riéndome.
Una vez me pone los zapatos, salimos de mi habitación y nos dirigimos de nuevo a la cocina, allí están las cuatro personas a las que habíamos dejado hace unos minutos. El único cambio es que ahora Castiel está de pie y preparado junto a Mary y Bobby.
Sam se acerca a ellos y se prepara, después se despiden de Jack y de mi, dejándonos a los dos solos en la cocina.
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I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]
FanfictionI m a g i n a s. Los imaginas que tengan """ al final del título significa que no están editados. Si un imagina tiene en el título "[AVISO]" significa que puede tratar de un tema sensible para algunas personas, por favor leer el aviso y después dec...