The 100 Imagina. (Atom) -Primera parte.

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Me paro detrás de un árbol. Debería estar cazando, pero la curiosidad me ha hecho seguir al chico de pelo negro. 

Mi tribu ha hablado y discutido muchas veces sobre la gente del cielo. Esta es la primera vez que veo a uno de ellos en persona. No entiendo qué es lo que tienen de especial. Sí, vienen del cielo, pero nada más. 

Este chico se mueve bruscamente, sin sigilo alguno. No me ha resultado difícil encontrarle después de haberle oído quejarse. 

Decido moverme de sitio al ver que el chico ha empezado a caminar de nuevo, aunque antes de que yo pueda dar un paso suena el toque de un cuerno. El chico se pone en posición de defensa, pero no corre ni busca refugio. Yo, en cambio, me alejo de ahí, dirigiéndome a un lugar seguro de la niebla. 

Oigo al chico gritar y, durante unos instantes me pienso qué hacer. Sin dejar de correr cambio de rumbo hacia donde estaba el chico. Le encuentro intentando alejarse de la niebla que cada vez está más cerca de él. Lleva el brazo izquierdo agarrado al pecho. 

Le alcanzo y le cojo del brazo derecho, tirando de él para que corra más rápido. Él, sorprendido, intenta zafarse de mi agarre, pero no le suelto, ya que si lo hago morirá a causa de la niebla ácida. 

Tardamos algo más de lo que me gustaría en llegar al refugio que tengo por si la niebla me pilla fuera, como ahora. Le empujo dentro, paso y cierro, asegurándome de que la niebla no puede colarse por ningún lado. 

El chico se aleja de mi lo más que puede, aunque no es mucho ya que no es un espacio muy grande. 

Me siento enfrente y me le quedo mirando. 

—Me llamo (A/N). —Digo lento. — Eres de la gente del cielo, ¿verdad? 

El chico no me contesta, lo que hace que yo frunza el ceño, aunque en ningún momento dejo de mirarle. 

—¿Cómo te llamas? —Pregunto. 

—Atom, me llamo Atom. —Me contesta tras un largo silencio. 

Sonrío triunfante. 

—¿Cómo era vivir allí arriba? —Pregunto intentando satisfacer mi curiosidad. 

El chico no me contesta, simplemente mira hacia otro lado, apoyándose un poco en la pared, pero apartándose de ésta con cara de dolor. 

—La niebla también te ha alcanzado la espalda.  —Digo más como un hecho que una pregunta. — Hay que curarlo, o se infectará. 

—¿Qué más te da a ti si se infecta o no? —Me contesta de mala manera. 

—Podría haberte dejado morir, pero no lo he hecho. —Apunto. — Quiero ayudarte. 

Atom se ríe, pero no es una risa feliz, sino de incredulidad. 

—Claro, quieres ayudarme. 

Antes de poder responderle se vuelve a oír el toque de un cuerno. 

—Venga, salgamos de aquí. —Digo empezando a abrir la puerta. 

—¡Ey! ¡No! —Grita. — ¿Y si la niebla sigue ahí?

—Ya no está, ¿no has oído el toque?

Abro la puerta, no sin antes fijarme como Atom se echa lo máximo que puede hacia atrás. Cuando la puerta se abre, no hay niebla. Me giro para mirarle y acto seguido salgo. 

Espero a que salga y cuando lo hace cierro de nuevo. 

Me giro para ver a mi hermano agarrando a Atom con un cuchillo en su cuello. La cara de Atom refleja dolor, y no sabría decir si es por la espalda, el brazo o la garganta.

—¿Qué hacía él ahí dentro?

—Le encontré desmayado. —Contesto tranquila. — Se despertó mientras estábamos en el refugio confundido. 

—¿Por qué no le has matado? —Pregunta mi hermano. 

—Es alto y si le entreno puede ponerse fuerte. —Digo mirando a Atom y después a mi hermano. 

—¿Quieres que se una a la tribu? —Dice mi hermano riéndose.— No puede. 

—Sí puede. —Me quejo. 

Mi hermano empieza a regañarme y decirme todas las razones por las que Atom debe morir. Mientras, yo miro a Atom, el cual me mira con una mezcla de sorpresa y confusión. 

—Escucha, hermano. —Le interrumpo. — No recuerda quién es. 

Mi hermano suelta a Atom, empujándole hacia mi. 

—¿Cómo te llamas? —Le pregunta mirándole. 

Atom me mira, y después a mi hermano. 

—No lo sé. —Contesta finalmente, siguiendo mi mentira. 

—Le he puesto nombre. —Digo antes de que mi hermano diga nada más. — Ahora se llama Atom. 

—¿Atom? 

—Atom. —Confirmo. 

Mi hermano mira a Atom durante unos instantes, los cuales se me hacen eternos. En ningún momento abandona su posición de ataque. 

—Está bien. —Dice. — Si intenta hacer daño a la tribu, Atom muere. 

—Vale. —Digo asintiendo. 

—Y tú también. —Termina de amenazar mi hermano. 

—Tiene sentido. —Le doy la razón. 

—Vamos, debemos mostrarle a los superiores al chico. 

Mi hermano empieza a caminar, agarro del brazo a Atom y cuando mi hermano está lo suficientemente lejos empiezo a caminar sin soltarle del brazo. 

—Continúa siguiéndome el rollo. —Susurro. — Ahora eres uno de los nuestros, ¿lo entiendes? 

—No quiero ser uno de los vuestros. 

—Haberlo pensado antes de salir solo al bosque. —Me quejo. — No te alejes de mí, seré tu sombra y tu la mía. 

—Vale. —Se da por vencido. 

—¡Venga! —Grita mi hermano girándose. 

—¡Es un lento! —Me quejo y tiro de Atom para que ande más rápido hasta alcanzar a mi hermano. 

Según nos acercamos a nuestro campamento, las dudas me comen la cabeza. Intento ignorarlas, pensando que he hecho lo correcto. Esto va a ser difícil y si Atom falla, los dos morimos. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora