I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]

Teen Wolf Imagina. (Liam) #3

Sé que cuando le doy la espalda a Liam es demasiado tarde – ya ha visto las lágrimas que caen por mis mejillas. 

—¿Estás bien?

Oigo como Liam se acerca a mí y, dándome por vencida, me giro para mirarle. 

—No suelo llorar delante de la gente. —Admito. 

—Pues ahora estás... llorando... delante de mí. —Murmura con un intento de sonrisa. 

—¿Crees que eres gracioso? —Me quejo limpiándome la cara con la manga de la chaqueta, la cual se moja por mis lágrimas. 

—Oh, no. —Se apresura a decir. — Lo siento. 

Asiento, aceptando que él no tiene la culpa de que haya señalado lo obvio de la situación. 

Dirijo mi mirada al suelo. No sé qué decirle, al fin y al cabo Liam no tiene ni idea de por qué estoy llorando. El pobre muchacho está preocupado mientras yo lloro desconsoladamente porque me he pillado la mano con la puerta. 

—Estoy bien. —Miento. 

—¿Y por qué estás llorando? —Puntualiza.

—Deberías ir a clase. —Digo señalando el reloj de la pared. — Vas a llegar tarde. 

—Tú también vas a llegar tarde. —Responde. — Dime, ¿qué te pasa?

Suspiro derrotada. Es inevitable, tengo que contestarle de una vez por todas o seguirá insistiendo. 

Levanto mi mano derecha y con delicadeza me remango para que vea el desastre que he causado en menos de dos minutos. 

Mi amigo arruga la nariz, claramente asqueado por lo que está viendo. Tengo la mano llena de sangre seca, varios arañazos y un par de uñas rotas. 

—Creo que deberías ir a la enfermería. 

—No me digas, Sherlock. —Me quejo apartando mi mano de su vista. — Eso es lo que iba a hacer hasta que me he chocado contigo. 

—¿Por qué no me has dicho nada? —Pregunta frunciendo el ceño. — Te hubiera dejado tranquila en vez de retenerte aquí. 

—Pero... ¿Por qué sigues preguntando? —Me río. — ¡Deja que me vaya!

—Vale, vale. —Murmura apartándose. — ¿Puedo acompañarte? 

—Adivino, no has hecho los deberes de química. 

—Exacto. —Asiente. — Si alguien me pregunta diré que estás alterada por el dolor y que por eso te acompaño.  

—Como quieras. —Respondo. — Sabes que tendrás que hacer los deberes en algún momento, ¿no?

—Por supuesto, pero no nos preocupemos por eso ahora. —Dice empezando a andar. — Es mejor que nos vayamos ya antes de que se te caiga un dedo o algo. 

—¡Liam! —Grito al borde del llanto otra vez. 

Pasando su mano por mis hombros, Liam me guía por los pasillos.