I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]

Teen Wolf Imagina. (Isaac) #4

A la primera persona que veo cuando paso por las puertas del instituto es a Scott. Con una sonrisa, camino hacia él. Me está dando la espalda, pero antes de que llegue a su lado, él se gira. 

—¡Scott! —Saludo entusiasmada. 

—Hola, (A/N). —Dice sonriendo. — Veo que estás... ¿Contenta?

—Contenta es decir poco, estoy... —Me callo, intentando pensar una palabra que describa lo bien que me siento. — Scott, antes no podía correr sin ahogarme, y... ¡Y mírame ahora!

Mi amigo se ríe. Para mí, todo esto es nuevo, pero él ya llevo unos años con las ventajas de ser un ser sobrenatural. 

—A mí también se me curó el asma. —Responde asintiendo. 

Desvío mi mirada, encontrándome con la de Isaac. Él me observa detenidamente con una pequeña sonrisa en la cara. 

—Adelante, ve. —Susurra Scott. — No voy a ser yo el que os impida ligar. 

Antes de que pueda quejarme, Scott se aleja de mí. Decido acercarme a Isaac, no queriendo desaprovechar la oportunidad que mi amigo me acaba de dar. 

—Estás un poco despeinada. —Dice Isaac. 

—¿En serio? —Murmuro sacando el móvil para poder mirarme en el reflejo de la pantalla. 

Me miro con cuidado, y me doy cuenta de que no hay ni un solo pelo fuera de lugar. Guardo mi móvil para después mirar a Isaac. 

—Eres un mentiroso. —Digo cruzándome de brazos. 

—¿Seguro? —Pregunta revolviéndome el pelo. 

Isaac se ríe, y tras intentar parecer estar enfadada, acabo riéndome. Cuando estoy con él, es como si el tiempo se parase. 

—Está bien, quizás sí que esté un poco despeinada. —Bromeo peinándome. 

Mientras me peino, miro el suelo. Y, cuando levanto la mirada, veo a Isaac mirarme. Sin apartar la mirada, le sonrío. Durante unos segundos, Isaac me mantiene la mirada, pero la aparta rápidamente. 

—Eres adorable. —Murmuro. 

—¿Qué? —Pregunta confundido. 

—Sí, ya sabes... Primero no te da vergüenza hablar conmigo, pero después huyes de mi mirada. —Le explico. — Además, siempre te sonrojas cuando apartas la mirada. Adorable, simplemente adorable. 

—Yo... Bueno, tu mirada me intimida. —Se defiende. 

—Me sacas una cabeza, Isaac. —Bromeo. 

—(A/N), ¿quieres venir al cine conmigo? —Pregunta. — Mañana.  

—Por supuesto que quiero. —Contesto. 

No puedo evitar sonreír. A veces, Isaac me confunde. No es capaz de sostenerme la mirada, pero no tiene problema en pedirme una cita. 

—¿De verdad?

—Claro, ¿por qué dudas? —Pregunto sin entenderle. 

—No lo sé, la verdad. —Murmura. 

—Me gustas, si eso te ayuda a no volver a dudar. —Le aseguro. 

Isaac me mira sorprendido. Quizás haya sido demasiado directa. 

—Deberíamos ir a clase. —Digo rápidamente. 

—¿Ahora quién está huyendo de quien? —Pregunta. 

—Lo único que tengo que hacer para que te pongas rojo cual tomate es mirarte a los ojos, así que ten cuidado con lo que dices. —Le amenazo. 

—Sí, deberíamos ir a clase. 

Ante su respuesta no puedo evitar reírme. Llevo mi mano a la suya y entrelazo nuestros dedos. 

—Vemos, entonces. —Digo empezando a caminar a su lado.