Divergente Imagina. (Eric) #1

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La gente que tengo delante para de andar, lo que hace que yo les imite. Con curiosidad, me abro paso entre la gente hasta ver por qué todos se han parado. 

Estamos al borde de un edificio. 

Miro a mi alrededor, algunos ya son de osadía mientras que muchos otros, como yo, somos de otras facciones. Al parecer, todos estamos desconcertados sin saber por qué estamos aquí. 

—¿Saltar? —Pregunta una chica baja. — ¿Estáis locos?

La chica no tarda en alejarse del borde. Gracias a ella sé lo que tenemos que hacer. Saltar al vacío. 

Me sorprende ver que ninguno de los que ya eran de osadía se mueven de su sitio. 

Mi curiosidad siempre ha sido algo molesto, e incluso me ha metido en muchos líos. Aún así, sigo mis ganas de acercarme al borde para ver si se puede ver lo que hay al final de la caída. Estamos demasiado alto como para poder diferenciar si abajo hay algo que evite que nos choquemos contra el asfalto. 

—¡Tenemos a una valiente! —Comenta un hombre rubio que lleva un piercing en la ceja. 

Al oír sus palabras, me doy cuenta de que me he acercado demasiado. Cuando me giro para mirar al resto, ellos me observan expectantes. 

—Yo... —Murmuro intentando pensar con coherencia. — Espero que haya algo ahí abajo que me pare, sino, volveré desde la tumba a por vosotros.

Una vez termino de hablar, cojo aire y sin pensármelo dos veces, salto por el borde del edificio. 

Al principio pienso que voy a gritar, pero no lo hago. La caída parece durar una eternidad y cuando toco la red que me frena, suspiro aliviada. 

—Nombre. 

Abro los ojos, dándome cuenta de que los he cerrado mientras caía. Un hombre de pelo castaño espera al lado de la red. 

—(A/N). —Contesto. 

Intento salir con cuidado de la red para no caerme al suelo y quedar mal delante de toda la gente que está aquí. Gritan, animándome por haber sido la primera en saltar. 

Cuando mis pies tocan el suelo, no puedo evitar sonreír. Uno a uno, van cayendo el resto de los iniciados. Y, junto a los demás grito animándoles, sin poder evitar sentirme uno de ellos. 

Una vez estamos todos, nos llevan a los que van a ser nuestros dormitorios durante la iniciación. Tras elegir cama, nos vamos al comedor para cenar. 

Intento buscar a alguien que me parezca amable para poder irme con ellos, ya que no había tenido tiempo de relacionarme con nadie. 

Al no prestar atención por donde voy, me choco con alguien. 

Dirijo mi mirada a la persona que tengo delante, y me quedo boquiabierta. Es el hombre que nos había traído hasta aquí, y el que había dado por hecho que yo quería saltar primero. 

—Disculpa. —Murmuro dando un paso hacia la derecha para esquivarle. 

—Eres la que dijo que si moría volvería de la tumba, ¿verdad? —Pregunta con una sonrisa de lado. 

Me cruzo de brazos al notar que se está burlando de mí. 

—Sí, soy yo. —Contesto. — ¿Cómo te llamabas? 

—Eric. —Se presenta. — Nos veremos en el entrenamiento, lo estoy deseando. 

Antes de que pueda contestarle, se va, dejándome sola. La confianza que se había apoderado de mí para hablarle de tal manera desaparece poco a poco hasta que en mi cabeza se repiten sus últimas palabras. 

Nos veremos en el entrenamiento, lo estoy deseando. 

¿Lo está deseando? 

Niego con la cabeza antes de encaminarme hacia la primera mesa que veo, temiendo que vuelva a chocarme con alguien. 

En la mesa queda un hueco libre, y, al sentarme, les dedico una sonrisa a las personas que ya estaban sentadas. Para mi sorpresa, me sonríen y me incluyen en la conversación amablemente. 

Nos conocemos un poco, y compartimos las facciones de las que venimos. Uno de ellos comenta lo gracioso que le había parecido mi comentario antes de saltar al vacío. 

A pesar de querer prestarles atención, no consigo centrarme del todo en ellos. Mi cabeza sigue dándole vueltas a Eric. Solo quiero que llegue el primer entrenamiento para volver a verle. 



I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora