Harry Potter Imagina. (Fred Weasley) #3

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4. Personaje "A" va a la biblioteca para estudiar y solo queda una mesa libre empieza a caminar hacia la mesa pero entonces ve al personaje "B", que también va hacia esa mesa. Los dos se miran y corren hacia la mesa y ahí empieza una pequeña batalla de quién se queda la mesa para estudiar.


Sé que dejar las cosas para el último momento no es bueno. Lo sé muy bien, pero aún así, siempre dejo todo para el último momento. Y luego pasa lo que pasa. 

Como por ejemplo que no quede de mi comida favorita, que al ir a comprar un regalo de cumpleaños solo queden las peores tarjetas de felicitación. Que vayas a ir a ducharte pero el baño esté ocupado y esto haga que te retrases para los planes que tenías hechos. 

O como ahora, que voy corriendo hacia la biblioteca para poder estudiar con paz y tranquilidad ya que en mi dormitorio mis compañeras han decidido ser unas graciosillas ruidosas. 

Esquivo a un par de personas sin perder el ritmo. 

Podría haber empezado a estudiar antes, pero, como he mencionado antes, vivo al límite y me gusta dejar todo para el último momento. 

Jamás me había sentido tan aliviada de ver las puertas de la biblioteca. Aunque ese alivio no dura mucho. 

Al pasar, siento un horror que se intensifica en mi pecho cuando veo que la biblioteca está llena. Las mesas están ocupadas de alumnos de diferentes casas mirando fijamente a sus libros. Algunos toman notas y cambian la vista de un libro a otro. 

Mi mirada se posa en una mesa al final de la biblioteca. En ella queda un sitio. Sonrío y empiezo a caminar hacia la mesa, pero a mitad de camino me doy cuenta de que no soy la única que quiere esa mesa. 

Un chico pelirrojo de pelo largo también camina hacia la mesa con tranquilidad hasta que nuestras miradas se cruzan. Ambos nos paramos en nuestro sitio cuando hacemos contacto visual. 

Los dos queremos ese sitio, pero solo uno puede conseguirlo. 

Sin pensármelo dos veces, salgo corriendo hacia el sitio libre. El chico tiene el mismo pensamiento que yo porque también empieza a correr. 

Recuerdo los veranos que he pasado en los parques de Birmingham echando carreras con mis amigos de la infancia para ver si así corro más rápido.

No lo hago, de hecho, él llega un segundo antes que yo a la mesa. Me sonríe victorioso y después se sienta. Deja su libro sobre la mesa y lo abre. 

Respiro hondo y muy a mi pesar, doy media vuelta para salir de la biblioteca. 

Hoy me toca estudiar en los pasillos. 

Intento animarme diciendo que todavía tengo un par de días más para estudiar, y me prometo que mañana vendré antes a la biblioteca para coger sitio antes de que se llene tanto. 

La tarde del día siguiente llega rápido. Demasiado para mi gusto, tanto que vuelvo a ir a la misma hora a la biblioteca que ayer. 

Paso a la biblioteca y para variar está igual de llena que ayer. El mismo sitio también está libre, aunque también hay otro al lado. Empiezo a caminar lo más rápido que me permiten las piernas y no me paro cuando veo como una chica me adelanta y se sienta en uno de los sitios. 

Acelero aún más. Un sitio menos, eso significa que como no coja el que queda me tocará estudiar de nuevo en el pasillo. 

Como si el chico de ayer me hubiese leído el pensamiento, aparece de la nada y se sienta en el último sitio que queda. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora