No es él!

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Miércoles un gran día para dejar de ser Stiles, ¡bien, bien! exageraba, pero aún espera la bronca de Derek por dejarle plantado en un juego de baloncesto.

No era que fuera un Stoker claro que no, solo que casualmente la secretaría de su instituto había estado en la época del lobo, así que por eso sabía lo importante que era el baloncesto para el oji-verde, vale si había estado molestando a la secretaría para que revelará sus secretos, pero vamos que más podía hacer cuando Derek-Odio-Hablar-Y-Mas-Contigo-Hale era reuso a decir algo de su pasado.

Dicen que acciones desesperadas ameritan medidas desesperadas y acosar a la secretaria para que desembuchara no era lo peor en la lista de que haceres invisible que rondaba en su mente.

¿algún día me permitirás pasar esa barrera de hombre solitario? se preguntaba mientras pensaba en su realidad, el Derek adolescente no era su Derek realmente, aunque solo han pasado unos días y claramente el había intentado estar lo más posible alejado de la familia sabía que el Derek adolescente jamás se va a parecer a su lobo amargado, quisiera poder decir que eran amigos, más que colegas pero esa era una mentira que deseaba fuera verdad, las cruda verdad de su tiempo el lobo tenía a alguien, posiblemente a Breaden, ella era buena mercenaria, en cambio, el era un bicho moribundo en el planeta en comparación con la poderosa morena que podía defenderse sola sin arriesgar su vida y parecía caerle mejor a todos.

Y no, no era un bicho moribundo bello que alguien le tuviera lástima, era de los feos que al verlos sólo te dan ganas de aplastarlos para acabar con su miseria, así era él. Algo que sé había que borrar.

Todo su mundo era el lobo, no había día en que no soñara que despertaba a su lado, sintiendo ese delicioso aroma, envuelto en ese calor emanar de su cuerpo, al principio soño que vivían con su padre "al lobo le haría bien" pensaba una y otra vez, algunas veces soñaba con despertar en un cuarto enorme junto al lobo, en un momento a otro se encontraba ante una casa majestuosa, reconocía la estructura, sabía a la perfección que era la casa Hale, sabía que la casa ante él era su casa, la casa de ambos.

Pero la realidad siempre volvía a su vida, eran solo sueños y anhelos de cristal que los tocaba y se despedazaban entre sus manos, debido a que jamás se harían realidad, si bien podia mover ficha con el lobo ahora, en esa época sería tener una oportunidad en su época a la que  pertenecía, pero la verdad se estampaba en su cara ¿haria lo mismo que ellas? sabía a la perfección que no, que él era diferente, él si lo amaba lo hacía en verdad.

¿pero? entonces porque su cuerpo le decia que estaba mal, que eso no era lo correcto, si lo amaba pero el Derek de su época había vivido en New York, posiblemente había estudiado una carrera, había conocido chicas mejor que él, chicas que si podían ofrecerle una famila, ¿pero el que podía ofrecerle al lobo? solo era un humano sarcástico que no para de hablar, era un hombre que no podía darle hijos al lobo, esa era su gran barrera el jamás iba a poder darle algo que ellas si y eso era tener una familia.

Una familia que el lobo anhelaba tener, sabía bien que el lobo buscaba a alguien estable con quien ver florecer su sangre, pequeños Derek que jueguen entre las hojas secas de otoño, pequeños cachorros que hicieran muñecos de nieve en invierno, pequeños niños que abrieran los regalos de Navidad una mañana tranquila de Diciembre.

Esa era el más grande anheló del lobo y él no podía dárselo, lo amaba con tanto anheló que incluso prefería que el lobo escogiera una mujer bella de corazón y hermosa de cuerpo para tener su descendencia, no podía hacerlo él no podía darle los cachorros que el lobo queria y eso le dolía hasta el alma, le dolía no poder ser él al que el lobo escoja al final del camino, jamás iba a ser el dueño del amor escondido del lobo.

Please Remember MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora