Please Remember Me

Pelea...

Solo un llamado, solo un rugido basto para despertarlo, todo su cuerpo revolucionó con un solo motivo, una sola decisión, salvarles.

A cómo se sentía en esos momentos era prácticamente estar volando, no sentía su cuerpo, posiblemente diría que era el Nogitsune que ha regresado, más la sensación era completamente diferente.

Tenía control de su cuerpo de eso estaba seguro, a la vez era como si fuera la marioneta de alguien muy fuerte que demandaba salir.

Su respiración era errática, apenas podía sentir el aire entrar en su cuerpo, apenas podía sentir que alimentaba cada celula de su ser.

Todo era tan diferente y tan conocido a la vez, por alguna extraña razón se sentía bien, se sentía poderoso por primera vez en la vida.

Nada comparado con las plumas de Alex, esto era el cielo y el infierno al mismo tiempo, podia sentir el dulce aroma de galletas recién horneadas, sentía su camiseta raspar su cuerpo.

Ahora no podía reparar en averiguar que cambió en su cuerpo, no podía decir con exactitud qué demonios le pasaba, sus ángeles no estaban para ayudarlo, no estaban mas para decirle que demonios hacer.

Solo una alternativa, solo una le quedaba dejarse llevar por ese sentimiento de protección, esa calidez infinita que le embargo en el momento en que sintió que la familia estaría a salvó por nada más que él.

Todos y cada uno de sus huesos se fundían en un solo movimiento, podía sentir el roce de sus extremidades, podía sentirlo todo y a la vez nada.

Todo era tan extraño, tan diferente.– ¿Donde crees que te diriges?– escucho la voz de Angy , no podía asegurar que demonios le pasaba, pero si podía decir que masacre se llevaba a cabo afuera de la casona.– ¿Stiles?– pregunto confusa, sabía que era un gesto de la familia, pero por más que lo mirara en algún otro integrante de la familia, ese gesto solo le pertenecía a Derek.

Poco faltó para que le arrancase la blusa de un tirón, aunque ese no fue su cometido en primer lugar, solo quería aquel arco viejo, junto al carcaj lleno de flechas, no sabía utilizarlo pero en ese momento se estaba dejando llevar por los impulsos de su propio cuerpo.

– No puedes salir– escuchar las demandas de Angy era tan cotidiano para el, como escuchar los pájaros por la mañana.

Solo la apartó, su cuerpo reaccionaba a todo impulso que ese sentimiento demandaba, pero golpear a la familia no era parte de él.

– ¡BEN REGRESA!– el lloriqueo de Alon lo distrajo por un momento, solo admiro los pequeños rasgos de la pequeña Andy, un pequeño lobo ahora comprendía, Alon no era más que una simple humana, como el.

Aunque ahora no sabe si catalogarse entre humanos o sobrenaturales.

Probablemente dirá que es un centro, pero estaría mintiendo.

– ¡STILES!– escucho gritar a ambas chicas mientras el se asercaba a la barrera, podía verla un tenue cristal de varios colores, podía inclusive distinguir algunas formas geométricas en el mismo, remolinos y algunas fisuras pequeñas grietas que se dispersaban apenas aparecían.

Un fuerte rugido resonó entre el mar de gruñidos, no podía distinguir de quien era hasta que su vista se poso en dos cuerpos, uno más pequeño que el otro.

Su cuerpo se estremeció con tal visión, Dayron hacía lo posible por alejarse del lobo atacante, junto a un pequeño bulto agazapado en su cuello, pronto su avance se hizo presente, sentía el crujir de las ramas bajo sus manos, podía sentir el impulso que le daban sus piernas, mientras prácticamente volaba hacia donde se encontraba el pequeño lobo, junto a su padre.