Todavía le quedaban diez minutos para subir las bandejas y le pareció buena idea matar el tiempo leyendo.
Hojeó rápido el diario, hasta que la frase " concurso de arte" sobresalió entre las demás. Los latidos de su corazón se aceleraron mientras leía el breve artículo.
— Señora Thomas — Dijo, con voz cargada de entusiasmo — Mire esto. Habrá una exposición de arte auspiciada por el Departamento de Recreación. Es un concurso para celebrar el centenario de Landsdale.
— Qué bien — comentó la cocinera, mirando por encima del hombro de Jean _ Pintura, dibujos y cerámica... El primer premio será de mil dólares — leyó en voz alta. Asintió con la cabeza y agregó: — tendrías que inscribir una de las pinturas de Gabriel.
— Exactamente en eso estaba pensado.
Apenas llegó a su casa esa noche, subió volando a su cuarto. Tomó tres pinturas y arrancó de inmediato el papel marrón grueso que envolvía la primera. Se trataba de un cuadro que Gabriel había pintado justo antes de morir. Lo había llamado Mirlo y vista de ciudad.
La segunda era otro paisaje, De un parque que nacía en Twins Oaks Boulevard. Era hermoso se sentía casi la fragancia del césped y también podían tocarse las hojas de los árboles. Sin embargo fue el tercer cuadro el que la dejó a Jean en estado de Shock.
Arrancó el último envoltorio de papel y quedó boquiabierta. Era un retrato suyo. Gaby debía de haberlo pintado de memoria. No denotaba gestos ostentosos, sofisticados, ni seductores. Llevaba puestos unos jeans, una tricota, y estaba de pie en la puerta del baño de la habitación de Gabriel, con los brazos cruzados sobre el pecho y una amplia sonrisa. La caja con los artículos de limpieza estaban a sus pies.
Jean meneó la cabeza y comenzó a reírse. Solo a él podía habérsele ocurrido pintar el retrato de una mujer que acababa de refregar el baño. Sin embargo, era el cuadro más hermoso que había visto en toda su vida.
Le llevó una eternidad decidir cuál de ellos presentaría en la muestra de arte. Por fin, luego de varias deliberaciones de Nathan, la señora Thomas, Polly y sus padres, eligió el que había pintado poco antes de morir, el del pájaro y la escena de la calle frente a
Lavender House. Jean no tenía interés en el dinero del premio; su objetivo era lograr que el mundo conociera el talento de Gabriel.
Sería lo último que podría hacer por el.
El día de la exposición, Nathan pasó a buscarla y se dirigieron hasta la plaza que quedaba frente a la municipalidad de la ciudad de Landsdale. Todos estaban presentes: Polly, La señora Drake, La señora Thomas, sus padres, incluso Henry y un par de clientes habituales del bar.
Un sol radiante acompañaba aquel ambiente festivo. Había puestos de artesanía y de comidas, adivinos y discursos de los benefactores de la ciudad.
A las cuatro en punto, se encaminaron hacia la exposición. Los ganadores del concurso no serían anunciados sino hasta las cuatro y media, pero Jean quería echar un vistazo a las otras obras. De la mano con Nathan, recorrió una hilera tras otra. Había retratos, pinturas viejas, acuarelas, esculturas y, por encima de todo, el sol. Sin embargo, nada se asemejaba al cuadro de Gabriel. Por lo menos, esas eran la opinión de Jean.
A las cuatro y media, se abrieron paso entre la multitud que se había reunido en la escalinata del municipio. Jean experimentó una sensación de nauseas en la boca del estomago cuando una mujer muy elegante, de cabellos oscuros, se encaminó hacia el micrófono.