27 - Cornered

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El beso duró unos pocos segundos. Sus labios simplemente se habían tocado, como una suave caricia.

Félix se alejó y no pudo evitar reírse con la expresión de Tyler. El menor estaba demasiado sorprendido como para siquiera reaccionar.

—Lo siento, creo que me sobrepa —habia empezado a decir el mayor, pero no pudo terminar la frase porque el puño de Josh fue a estamparse directo a su cara.

Tyler se sobresaltó y se puso de pie, retrocediendo. El puñetazo había arrojado a Félix hacia atrás y ahora ambos hombres estaban forcejeando en el suelo.
El castaño no podía entender cómo Josh había ido de un extremo al otro del patio en tan poco tiempo.

El teñido golpeó varias veces al mayor en el rostro, pero en seguida el del tatuaje de serpiente lo empujó hacia un lado, rodando y quedando sobre él.
Félix era mas grande físicamente y también tenía mas fuerza, por lo que no le había costado mucho dar vuelta la situación, ahora era Josh quien cubría su cara, haciendo que sus antebrazos recibieran todos los golpes.

—¡Paren! —gritó Tyler sin saber qué hacer, pero los dos hombres parecieron no oírlo en absoluto.

Varios policías que se encontraban haciendo guardia en el patio se acercaron con rapidéz. Dos de ellos tomaron a Félix de los brazos, haciendo que se alejara del teñido, y otros dos levantaron a Josh del suelo, sosteniéndolo para que ninguno de los dos se acercara al otro.

—Te mataré si vuelves a tocarlo, imbécil —gritó Josh con rabia, forcejeando para que lo soltaran.

—No escuché que él se quejara —respondió Félix sonriendo burlonamente.

El teñido apretó los dientes con ira e intentó liberarse nuevamente, sin éxito.

Los policías comenzaron a caminar, arrastrándolos hacia adentro de la prisión.
Cuando pasaron por el lado de Tyler, Josh lo observó durante un segundo y luego bajó la mirada.

El castaño no supo cómo reaccionar.

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Tyler pasó el resto del día en su celda. Todo lo que hacia era causar problemas con todo el mundo, así que no se acercaría a nadie.

—¿Y ahora que pasó? —preguntó Dalton cuando entró a la celda y lo vio acostado, mirando la pared sin expresión.

El castaño negó con la cabeza y se giró sobre la cama, dándole la espalda al mayor.

—No se ni para qué pregunto —dijo Dalton, sentándose a leer uno de sus libros.

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Tyler no supo cuando se quedó dormido, pero cuando despertó ya eran cerca de las seis de la tarde.

Se removió un poco sobre la litera y notó un dolor en las costillas.
Los moretones de la pelea con el tipo rubio estaban considerablemente menos púrpuras que hacía unos días, pero a veces aún dolían.

Se bajó de la cama con lentitud y comenzó a caminar hacia la enfermería. Había ido tantas veces que la enfermera ya lo llamaba por su nombre sin mirar su planilla.

Al llegar, notó que las cortinas estaban cerradas.
Tocó a la puerta y nadie contestó, pero al girar la manilla notó que estaba abierta.

—¿Hola? —preguntó entrando a la enfermería, pero no obtuvo respuesta.

Notó que la planilla estaba sobre una mesa, y se acercó con curiosidad.
La primera hoja hablaba sobre dolores de cabeza y mareos, pero la letra era demasiado extraña y difícil de leer, así que eso fue lo único que pudo entender.

Abuse [JOSHLER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora