Capítulo 58: La navidad de Paul III

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Santa Paul seguía en su trineo repartiendo regalos lleno de felicidad y alegría.

Diablos, ya me cansé de esto ¿Cómo rayos me bajo de esta mierda? - decía Paul de mal humor.

La misión encomendada de llevar regalos a los niños del mundo era una tarea ardua, pero Paul estaba dispuesto a cumplirla como a de lugar.

¡Por supuesto que no! - exclamó Paul molesto.

Con una sonrisa en su rostro Paul siguió repartiendo dicha a….

¡Que no pedazo de idiota! ¡Déjame en paz! - dijo Paul muy molesto.

¿Idiota? ¿Quieres que haga aparece mágicamente a Úrsula? Que sepas que no tengo problema en hacerlo.

¡Está bien está bien! Solo sigamos - dijo Paul de forma apagada.

Bien, continuando con la historia Paul llegó frente a una gran casa de un tranquilo pueblo.

Bueno, es hora de decirle hola a mi pequeño amigo - dijo Paul preparando el cañón.

Pero como había pasado antes la bolsa de Santa comenzó a moverse para tirar nuevamente una caja de regalo.

Ahh, creo que tendrá que enviarlo en persona - dijo Paul dando un gran suspiro.

Paul saltó del trineo hasta el techo de aquella casa y luego entro por una ventana. Al entrar pudo ver de frente a una chica que dormía junto a un Piplup.

"¿Dawn? Bueno al menos ella no pidió una almohada con mi foto" - decía Paul dejando el regalo sobre un escritorio de la habitación.

Paul se disponía a marcharse por donde vino pero algo lo inquietó.

Pero… ¿Y si lo hizo? Tengo que asegurarme, ya tengo suficiente con una loca - dijo Paul volviendo a recoger el regalo.

Pero en su camino tropezó con cepillo para el cabello y cayó sobre una caja de maquillaje manchando toda su cara.

¡Maldición! ¡¿Acaso todas la chicas dejan sus cepillos tirados?! - exclamó Paul molesto.

Paul repentinamente se dio cuenta de que había hecho un gran escándalo y miró nerviosamente en la dirección donde dormía. Pero para su suerte Dawn ni se mosqueó.

"Fui, parece que tiene el sueño pesado" - susurró Paul aliviado.

¡¿Qué?! ¡¿Quién anda ahí?! - preguntó Dawn despertándose asustada.

Dawn miró a su alrededor y vio a Paul completamente irreconocible por todo el maquillaje en la cara. Ellos se miraron fijamente por unos segundos hasta que…

¡AAAAH MAMÁ SE METIÓ OTRO PEJELAGARTO! - gritó Dawn asustada.

De repente la mamá de Dawn entró al cuarto dándole una patada a la puerta.

¿Otro pejelagarto? ¡Dame la pala! - exclamó Johanna molesta.

Dawn sacó una pala debajo de la cama y se la lanzó a su madre.

Johanna comenzó a perseguir al pejelar… digo Paul por toda la habitación. Paul muerto de miedo saltó por la ventana, pero para su suerte Stantler lo esperaba con el trineo.

¡Vámonos a la verga! - exclamó Paul asustado.

Y así Stantler comenzó a volar a toda velocidad.

Rayos eso fue intenso, que bueno que ya nos vamos de este pueblo - decía Paul aliviado.

De repente el trineo se detuvo frente a otra casa en el mismo pueblo, la bolsa comenzó a moverse y lanzó otro regalo a los brazos de Paul.

La Buena Vida Del CampeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora